lunes, 30 de enero de 2012

Dos mujeres pueden amarse, vivir juntas y ser felices

Estábamos en una de las tantas cafeterías de la universidad. Ese día, la Massiel, me dijo algo que—según ella—debía decirme  antes de llevarme a su casa y presentarme a sus padres. Ya había escuchado yo en nuestros tantos coloquios de compañeros universitarios, que no vivía con su papa, que su mama la había sacado adelante siendo madre soltera, que tenía tres hermanos… 

Mientras nos tomábamos un té helado, frente a frente, en una mesita de la terraza de la cafetería, la Massiel me fue contando eso que guardaba con recelo, como el mayor tesoro de su vida o como la mayor vergüenza con la que tenía que vivir. No podría discernir  su sentimiento en aquel momento.
 Pasó casi media hora bamboleándose en palabras sutiles de advertencia, me dijo que me lo confiaba porque yo lo comprendería, porque ante todo era su amigo, por una y otra razón, hasta me llenó de halagos. Y de pronto, mientras su rostro experimentó una amplia gama cromática, me dijo: “Waldir, yo tengo dos mamas, porque mi mama es lesbiana”. Así me lo dijo, como explicando el por qué siempre hablaba “de su mama y de su otra mama, pero que no era su mama”… ¡Qué enredo! dirán, pero no, es sencillo.

Como era de esperarse, no me sorprendió que su madre fuera lesbiana; no, fue  la historia de su familia. Me dijo que sus dos madres tenían 22 años viviendo juntas, que ella no llevaba el nombre de su madre biológica, si no, el de su otra madre.Me confesó lo duro que fue para ella cuando tomó conciencia del rechazo que la sociedad sentía ante este tipo de relaciones. Su papá abandonó a su madre estando embarazada, justo a tres meses de que ella naciera. A la Massiel se le humedecieron los ojos contándome. Ante los demás, la pareja de su madre siempre fue su tía, sin embargo,  para ella es como si las dos la hubiesen parido. 

En mi monólogo interior, durante la conversación, me decía a mi mismo: “¡Opa!,  pensé que en Nicaragua no habían relaciones de unión libre (tipo matrimonio heterosexual) entre parejas homosexuales, menos, de generaciones de antaño y nunca imaginé ser, de algún modo, testigo… ¡Ni en mis sueños más locos!”. 

Desde ese entonces, la Massiel y yo somos como hermanos, nos une el más noble secreto y la creencia de que dos mujeres pueden amarse, vivir juntas y ser felices. Y a lo mejor, por qué no dos hombres, ya ven que no se necesita estatus de país desarrollado para ser feliz. En este caso, a como dijo alguna vez la querida Isabel Allende de sus novelas: “…hay historias que deben ser contadas, para que no las borre el tiempo.”


3 comentarios:

  1. Somos mordaces, ironicos y dañinos, mas de alguno dira cuando se dan cuenta que dos mujeres viven juntas que esas son "hecha tortllas" y si lo fueran hombres que cambian "Secos".
    No es parte del folcro Nicaraguense, es parte de nuestra ignorancia al no entender la sexualidad del ser humano, por años asi nos han criado.
    Es dificil podernos sacudir el lastre de basofia que llevamos encima, jamas podremos comprender que muchos seres humanos fueron arrojados al mundo en envases equivocados.
    Que pena, no con los amantes por que ellos o ellas se van riendo de los prejuicios y de los hipocritas, la pena es con sus hijos pues no entienden por que la sociedad se burla por que tienen dos Mama, o dos Papa.

    Saudes.

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  2. Somos mordaces, ironicos y dañinos, mas de alguno dira cuando se dan cuenta que dos mujeres viven juntas que esas son "hecha tortllas" y si lo fueran hombres que cambian "Secos".
    No es parte del folcro Nicaraguense, es parte de nuestra ignorancia al no entender la sexualidad del ser humano, por años asi nos han criado.
    Es dificil podernos sacudir el lastre de basofia que llevamos encima, jamas podremos comprender que muchos seres humanos fueron arrojados al mundo en envases equivocados.
    Que pena, no con los amantes por que ellos o ellas se van riendo de los prejuicios y de los hipocritas, la pena es con sus hijos pues no entienden por que la sociedad se burla por que tienen dos Mama, o dos Papa.

    Saudes.

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  3. Muy interesante el relato, no se si es ficción o realidad, pero imagino lo dificil que sería para Massiell y sus mamás la vida que les toco vivir, pero estoy seguro que son felices muy en la intimidad de sus hogares, a veces eso basta.
    Bonita la frase de Allende, amo a esa mujer sabes, dice que ella no es sexi a sus sesentaitantos jajaja, pero a mi me encanta doña Isabel..

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