lunes, 28 de octubre de 2013

El día de tu cumpleaños



El día de tu cumple te diré que me hiciste llorar. Y ese día lloraré otra vez en tu nombre. Buscaré tocarte por dentro: tocarnos. Y te diré que amarte duele tras la ventana.  Ese día te recordaré que vos volabas y yo corría a medianoche. Y tras este punto no hablaré más. Nunca más habitarás mis pensamientos y así como ya no existes frente a mí, tu rostro ya no aparecerá cuando cierre mis ojos cada noche. Y ya no esperaré más, porque no es hoy.
Mi vista de una callecita de Granada que me gusta y me da cosillas.

viernes, 25 de octubre de 2013

11 de octubre



Hace unos días fue mi cumpleaños. Algo tiene mi edad que siento que disfruto con una frialdad, lucidez y racionalidad como nunca antes. Esto va rápido inexorablemente.  Fue un gran cumpleaños. 

Justo ahora he desplomado muchos muros, he pronunciado muchas palabras “quitadas” y he tipificado como tonterías muchos pensamientos que atiborraban mi mente, preocupaciones constantes y preguntas a las que solo en el tiempo he encontrado respuestas. 

Si muriera hoy o decidiera hacerlo, al menos, creo que le quedarían a mi mama o a quien corresponda 2G de fotografías y este blog. Muchas desilusiones y nuevas ilusiones en mi vida. Resentido, exprimido y (siempre) re-encontrándome podrían ser tres palabras definitorias para mi estado ahora. 



sábado, 19 de octubre de 2013

No lo quiero ver solito




El otro día un amigo me compartió vía facebook un cortometraje de temática gay: “No quiero volver solito”, pero, esta vez, en adolescentes (ver corto abajo). A mí me pareció mega tierno porque según el argumento del corto un chavalo ciego (que siempre ha sido ciego) se enamora de un nuevo compañerito de clase. Aquí las interrogantes no podrían ser las de siempre: ¿De dónde nace nuestro deseo?

Pero la que se me armó a mí en casa fue otra. Resulta que tengo una sobrinita de 13 años y uno de 11 (los más cercanos porque tengo más) y yo me disponía enseñarle el video a mi hermana, y como siempre, los chavalos son curiosos y en seguida se colaron.  A mitad del corto, cuando mi hermana intuyó de qué trataba, decidió sacar a mi sobrinito. Decidió que él no podía verlo. Entonces sólo se quedó mi sobrinita acompañándonos. Terminamos de verlo. Mi hermana, como de costumbre, no estuvo de acuerdo. Mi sobrina lo tomó de lo más común del mundo.

Ahora yo pienso, estoy de acuerdo en moderar lo que los niños y niñas ven, pero creo que a veces puede más el tabú hacia ciertos temas como la homosexualidad que el mismo “afán de controlar los contenidos a los que niñas y niños están expuestos”. Si no, ¿por qué no hacemos lo posible e imposible por censurar tanta basura heterosexista?  Yo este corto lo califico como educativo y altamente recomendable para adolescentes, si  estoy equivocado, échenle un vistazo y me lo hacen saber en los comentarios.


miércoles, 2 de octubre de 2013

¡En mi facebook mando yo!




Captura de pantalla de mi muro. Publicación custionada por algunas personas a través de inbox.

¿Realidad o virtualidad? Cuánta gente cree que una es lo mismo que la otra, que una es superior a la otra, que una es real y que la otra no. Y la verdad es que yo tampoco puedo decir nada al respecto pues las redes sociales e internet en sí vuelven la experiencia comunicativa en algo sumamente personal y único. 

Esta experiencia comunicativa va desde el anonimato hasta una identidad que bien pudiera ser la real y/o ficticia. Pero quiero que pensemos en esto: “nos hemos ido a vivir a las redes sociales” y la comunicación horizontal nos favorece aglutinándonos desde nuestras comunidades de amigos, pasando por organizaciones, grupos de trabajo y demás para enviar mensajes masivos, colectivos o personales a quienes ostentan el poder, llámese mediático, político, económico o  a todos sin excepción.

Sin embargo, como en todo sistema comunicativo, las redes propician nuevos mecanismos de censura. Y aquí quiero hacer alusión a algo que me ha pasado y he venido observando en facebook.  ¿Qué onda con aquella gente que cinco minutos después de que nosotros publicamos un estado, ellos nos envían un mensaje privado ofendiéndonos, preguntándonos por qué lo hacemos? En otras palabras: fallidos intentos de censura o “hacernos sentir mal” por lo que publicamos.

Y no les hablo de publicaciones superfluas; si no de publicaciones relacionadas con temas coyunturales y de sumo interés colectivo como la reforma a la Ley 779, las tarjetas TUC o un comentario sobre una noticia en particular. 

Hace unas semanas, por ejemplo, yo compartía una caricatura de Molina (ver captura arriba) y le añadía mi comentario sobre la pretendida “Unidad por la democracia”, el doble discurso del sector político partidario  y el pro-derechos humanos. Y créanme que mi mayor sorpresa fue encontrar a gente que se sintió directamente aludida expresándome su rechazo a través de mensajes privados. Aún cuando mi publicación era bastante general. 

Ahora bien. ¿Por qué un mensaje privado? ¿Por qué no un comentario sobre el mismo estado de facebook que les molestó?  ¿Será que si hablo de abusadores y violadores sexuales en general, estos aparezcan identificándose enviándome un mensaje privado? Diciéndome que “se los diga en su cara”. 

En definitiva, les cuesta trabajo entender que los medios han cambiado. Que no pueden controlar lo que pensamos de estos “líderes políticos” “Partidos” “defensores de derechos humanos”. La forma en que ellos se proyectan en los medios tradicionales como grandes “héroes” y “heroínas” “salvadores del pueblo” “salvadoras de las mujeres” “salvadores de los niños” ya no es la ley. Nunca ha sido.

 Lo que pasa ahora es que el debate y la verdadera lucha ciudadana y política se está gestando con fuerza en las redes sociales. ¿Virtualidad o realidad? Ambas son importantes. Que ellos crean que les creemos es su problema, lo que pensamos de ellos se discute a diario en nuestras redes sociales. Y que nos intenten censurar es otro acto más de ignominia ante este fenómeno comunicativo que se les sale de las manos. No es su emisora, no es su programa de tv, no es su revista, no es su organización, casa o negocio. Es nuestro facebook y ahí mandamos nosotros. Deberían creer más en el poder que tienen las redes. 
Y así di por cerrado mi discusión con gente diosificada que no oye a mortales como yo. ¿Qué tal?