jueves, 29 de marzo de 2012

Una soleada mañana de marzo…


Parroquia Santiago de los Caballeros / Waldir Ruiz
Conocí a Willito sin su trajecito de monaguío. Llegó para quedarse a vivir en mis recuerdos, a lo mejor envejezco y él permanezca en mi mente como una foto vintage. Pero no importa, todos tenemos a alguien a quien recordar. Me había prometido a mi mismo olvidar a quienes me olvidan, a querer a quienes me quieren y a extrañar a quienes me extrañan (reciprocidad absoluta para evitar decepciones); pero ya son testigos de que  toda promesa nace para ser violada… 

El viernes por la noche, por primera vez, recibí un regalo. Después de Misa llegó a mi casa en su bicicleta, traía una bolsa con medio kilo de galletas y un libro de mitología nórdica escrito en alemán.
El primer tiro me encuentra, parado frente a su puerta: es el pequeño asustado que se aferra a su almohada…

PD: Nuestras vidas son diferentes e iguales a un mismo tiempo

martes, 20 de marzo de 2012

The Beatles: Let it be

Imagen cortesía de La Beatlemaniaca
Una de las canciones más emblemáticas de todos los tiempos es, sin ninguna duda, aquella que Paul McCartney con su rutilante voz interpretara en el famoso grupo musical: The Beatles. Sí, hablo de esa ligera balada que nos sugiere dejar ese maldito “deber ser” Kantiano de nuestras culturas occidentales por el “Let it be” o “Déjalo ser” que promete hacernos vivir sin culpa, sin vergüenza y sin, probablemente, sacrificio redentor.

Me alucina en sobremanera cómo prescindir del “sentido de la vida” puede llevarnos a comprender que el sentido de la vida es: la vida misma. Es decir, vivimos para vivir la vida, nada más. Quienes viven buscando el sentido de la vida y descubren que la vida no tiene otro sentido más que ese, pues se suicidan. El asunto es que la filosofía del “Let it be” contiene una dosis justa de respeto a la diferencia que a mí, particularmente, me encanta.

He de admitirles que The Beatles recién me están empezando a gustar muchísimo, sobre todo, porque este fin de semana recordaba a mi hermano mayor (que vive muy lejos de mí) y que gustaba mucho de esa música, entonces, para rememorarlo me puse a escuchar al cuarteto británico y he quedado fascinado. Por otro lado, este grupo me despierta un sentimiento de nostalgia que mejor ni les cuento, porque yo siento nostalgia hasta de las cosas que no he vivido. 

The Beatles con esta hermosa canción me hace pensar en Mayo del 68, en lo que le pasó al feminismo heterosexual al encontrarse con las teorías de Michel Foucault y a toda esa ola de luchas sociales que se desencadenaron por hacer valer el respeto a la diferencia. A pesar de todo sabemos que las luchas son Kantianas; aunque se lleve de himno el “Let it be”. Por eso, ya no les aburro más y les dejo el video de la canción.



jueves, 15 de marzo de 2012

Postales desde el mundo al revés

WONDERLAND by Waldir Ruiz

--¿Qué hace con su vida?—
--No sé. Supongo que hago lo mismo que usted—
-- No lo creo. Usted y yo somos muy, pero muy diferentes—
-- Si usted me conociera lo mismo que yo, no hablaría de diferencias que, al fin de cuentas, sólo existen en su manera de ver el mundo —
--El día está… muy lindo ¿no?—
--Si usted lo dice, aunque he de admitir que así gira el mundo a causa… mmm… déjeme recordar:…  del amor, ¡bingo! ¿Está usted enamorado acaso?--
-- ¡No, por favor!—
--Está bien. Pero dice…
-- Yo digo, pero no siento, o mejor dicho, no digo lo que siento, así como usted no piensa lo que dice ¿No?—
--Preocúpese por decir lo que siente, porque lo que piensa se preocupará por lo que no dice—
-- Definitivamente, usted está tratando de confundirme, además, es usted joven y los jóvenes suelen estar muy equivocados—
--Es probable Señor, pero al menos, no pienso lo que digo, digo lo que siento de una buena vez, aunque he de admitir que eso me ha valido amigos que caminan a un brazo de distancia y, otros, que definitivamente van muy rápido como para detenerse a platicar conmigo…--

martes, 13 de marzo de 2012

Privados de libertad, ¿víctimas o victimarios?

Familiares de los presos que murieron en el incendio de la Granja Penal de Comayagua, Honduras.
Fotografía tomada de END.
En realidad no quisiera hablar de la pena de muerte ni mucho menos. El asunto es que hay una noticia que todavía me tiene perplejo: en el penal de Comayagua, Honduras se registró hace casi un mes un incendio que dejó a centenares de familias en duelo. Según la información que ha aparecido en el periódico en estos días, estaba descartada la posibilidad de que el siniestro haya sido intencional; por lo que concluyeron que fue un accidente lo que provocó la desgracia. Es mejor creer eso, porque de lo contrario, estaríamos ante hechos inducidos por el más vil sentimiento humano.
No sé por qué, pero siempre he pensado que no toda la gente que está privada de libertad está ahí “justamente”, pues vienen a mi mente los nombres de muchos ladrones que sí deberían estar presos. Pero no diré nada más al respecto porque considero que compartimos una realidad que habla por sí misma. Caso particular, también pienso que hay un estigma, un desdén tácito por parte de toda la sociedad hacia los privados de libertad. Pensamos en ellos como monstruos irrevocables, gente mala, peligrosa, gente de la que hay que cuidarse. No digo que todos serán “inocentes”, pero bien sabemos que el mundo es más variopinto de lo que podamos imaginar.
Al ver la imagen de las familias de los presos fuera de la Penitenciaría Nacional de Comayagua, me pasó algo raro, no sé, tal vez a ustedes también les pase. Cierro los ojos e imagino los rostros de todos los presos, cada uno con un nombre, un sueño, la esperanza de salir algún día de ahí, de una segunda oportunidad que, claro está que para estos reclusos hondureños nunca llegó. El dolor de las familias. Mucha tristeza, la verdad…
  A lo mejor hechos como estos nos dan luces para que nos fijemos en los privados de libertad, para que el Estado de Honduras, el de Nicaragua o cualquiera donde haya encarcelados tome conciencia de que hay gente que merece reincorporarse a la sociedad.  Se trata de hacer siquiera posible la vida para todos, ese es nuestro reto como sociedad.  Al final, pienso yo, la “justicia” termina siendo la peor tirana, porque no rectifica, más bien olvida, oprime, aplasta y en algunos casos  mata…  ¿Los derechos humanos se aplican para todos? Esta es la eterna y necia pregunta.

sábado, 10 de marzo de 2012

“SALUTACIÓN A LEONARDO”


A mi maestra, María Inés Barrios

Este poema es la segunda y última salutación explícita que hace Rubén Darío dentro de su poemario “Cantos de vida y esperanza”, después de la “Salutación al optimista”. “Salutación a Leonardo” es el saludo que el maestro modernista hace al “hombre universal” del renacimiento: LeonardoDa Vinci.
En “Azul…” Darío se planteó como temática la defensa del arte y del artista, expresado en numerosos cuentos y poemas, por lo tanto, podemos destacar que en este tercer gran poemario Darío trae a colación una de sus tantas preocupaciones ya planteadas desde sus inicios en el arduo camino literario que escogió.
Desde la primera estrofa del poema Darío plasma, mediante una especie de invocación al pintor del renacimiento, la indiferencia que la sociedad tiene hacia el arte y hacia el artista. Señala que la estirpe del italiano también es indiferente: “¡Tu Aurora! Que estirpe de la indiferencia la mancha…”
El poema sigue como una sucesión continua de alabanza al renacentista, mientras destaca a grandes rasgos lo que fue la vida del pintor como icono de la genialidad artística y humana. Entre esos aspectos denuncia la opresión que la iglesia Católica ejerció sobre la ciencia, el oscurantismo en que la sometió, por lo tanto, destaca la labor de Da Vinci en esas situaciones sociales. “Maestro si allá en roma quema el sol de Segor y Sodoma la marga Ciencia de purpúreas banderas, tu gesto la palma nos da redimidas…”  Cabe señalar que la polifacética personalidad y genialidad de Leonardo en su tiempo le ganó el repudio de la iglesia y el título de mago.
Rubén nunca descuida los elementos que han caracterizado su poesía, de manera que, además de incluir motivos Leonardinos como  La Gioconda o Florencia, Italia, también incluye alusiones clásicas de lo griego y lo romano; en este caso inserta a Pomona la divinidad romana protectora de los árboles frutales o de la naturaleza en general desde la primera estrofa exaltando por  consiguiente la figura del ilustre Da Vinci.
Ya en las estrofas finales Darío hace alusión a una historia bíblica, como lo es la de Esther, en este caso se vale de personajes de esa historia como el  rey Asuero, a quien dentro del relato bíblico se narra que deberían de visitar los jóvenes al cabo de doce meses después de una rigurosa preparación donde los primeros seis meses se ungían con óleo y mirra, y los otros seis meses con los perfumes de las mujeres (Esther 2,12).
 Utilizando este intertexto Darío nos plantea que el arte purifica más que cualquier ritual religioso, por lo que no importa que el rey no reciba a Leonardo, pues su arte lo redime y lo purifica más que la mirra y el óleo. También plantea que Leonardo utilizó su arte para subyugar sus pasiones humanas.
Por otra parte, un aspecto que es muy importante señalar es que como elemento característico de este poemario a diferencia de los anteriores, Darío, expone más sus propios sentimientos. Hay una especie de identificación de artista por parte de Darío con el pintor italiano y eso lo podemos constatar en la segunda estrofa donde Darío simbólicamente une su arte al arte del “hombre universal”. “Sonrisa más dulce no sabe Gioconda… hermanan en una dulzura de luna que suave resbala…y el verso del ala del mágico Cisne, sobre la laguna”.
En este caso Darío añade el símbolo de su poesía: el Cisne, al paisaje de los cuadros de Leonardo, en los que predomina de fondo paisajes sombríos y lagunas solitarias.
En lo que se refiere a lo estilístico Darío estructuró este poema en setenta y seis versos “semilibres”, pues hay combinación rimada. Abundan los pentasílabos, decasílabos, endecasílabos y algunos alejandrinos. Utiliza a modo de estribillo “Los bufones que hacen sonreír…”, adjetivaciones como “purpúreas banderas” “divino monarca” etc. Hay una personificación de la Aurora en el inicio del poema y abundan los símbolos que suelen ser motivos de la poesía dariana: Cisne, Pomona, Luna, Laguna, Roma, Sodoma, esfinge, rosas, Gioconda etc.
La Gioconda o Mona Lisa, pintura de Leonardo Da Vinci, imagen cortesía de Arte España.

viernes, 9 de marzo de 2012

Apagaré la luz

"PLANT AND LEAVES" by Hanzel Lacayo

Llegaré e interrumpiré el cigarro número quince de tu día. Me dejarás para el viernes. Seguro seré el rostro número tres, dos o cuatro de la semana. Me invadirá el orgullo y me juraré no volver a buscarte. El miércoles me estarás llamando. Te diré que no. Me llamarás el jueves y te diré que sí. Llegará el viernes--que dijiste desde el principio--, estarás escribiendo algo en la computadora y prometerás por innumerable vez enseñármelo cuando lo termines. Iniciará el temblor de la ansiedad porque estés junto a mí. No podré esperar. Y ahí no importará si estoy abajo o arriba. Apagaré la luz. Aprenderé otra vez cómo era y veré arder la pared naranja con el atardecer. Olvidaré lo que debo hacer. Sí, me gustará la luz apagada. No veré nada. Mi piel estará expuesta sintiendo todo agudizadamente… y será presente.

viernes, 2 de marzo de 2012

Yo tengo amores de catástrofe y amparo…

Que sobreviven a los meses. Eso de que se ama una vez en la vida es una burda mentira. Yo he amado muchas veces que se cuentan con los dedos: una y dos. Uno de catástrofe y otro de amparo. El que inició siendo catástrofe se convirtió en amparo y el que inició siendo de amparo se convirtió en catástrofe. Ah, pero no se apuren, hay un tercero que tiene de dos: es un amor de catástrofe y amparo al unísono, claro está.

Las catástrofes son marcadas por distancias, por pena contenida, por ausencias, desprecios y razones… Los amores de amparo son angelitos barbudos que me dibujan caricaturas anime, que me abrazan sin miedo, que nada más me besan, que no me olvidan y cuando me encuentran sonríen con brillo en los ojos.  Los amores de catástrofe me quieren con máscaras, me agotan y buscan en mí lo que ya no hay…

"MARZO" by Waldir Ruiz