A penas hace unos meses mi cabeza no comprendía tal interrogante, pues no sabía hacia dónde apuntaba específicamente la curiosidad; sin embargo, tras conversaciones abiertas con los curiosos he descubierto que dicha cuestión se dirige más hacia un aspecto genérico (roles) que, igualmente, toca aspectos tan íntimos como las relaciones sexuales.
Todos, en alguna medida, conocemos que somos herederos de un sistema predominantemente patriarcal que cruza nuestra vida de diversas formas y que, queramos o no, incurre en todas nuestras relaciones. Creer que las relaciones homosexuales (por alejarse de la norma heterosexual) están exentas del binarismo jerárquico de género que establece la tradición patriarcal constituye un error.
Refresquémonos la memoria: el patriarcado tradicionalmente instaura la jerarquía binaria de género donde el masculino que adjudica al sexo biológico hombre está por encima del femenino adjudicado al sexo biológicamente mujer. En donde masculino y femenino se convierten en el conjunto de roles y cualidades que culturalmente hacen ser a un hombre: hombre y a una mujer: mujer. Entonces, tradicionalmente patriarcal, lo femenino es lo pasivo, lo sentimental, lo sinónimo de labores domésticas, sutilidad etc., y lo masculino es lo activo, lo proveedor, la fuerza etc.
Esta misma jerarquía de género de raíces patriarcales que afecta a muchas relaciones heterosexuales con manifestaciones de machismo, subordinación económica y/o emocional es la misma que se esconde detrás de las relaciones homosexuales, pues suele pasar que paradójicamente reproducen similarmente relaciones de poder de esta índole. De ahí que juzguen también a una/uno de la pareja como “esa es el hombre (si es entre mujeres)” o “ese es la mujer (si es entre hombres)”. Cabe aclarar que no estoy generalizando; pero hasta donde he podido constatar todo esto ocurre.
Luego de lo comentado, repruebo ese comportamiento de andar preguntando ¿Quién hace de hombre y quién hace de mujer?, pues en todo caso estarían en cuestión los roles de género y no el sexo biológico. Los roles, no deberían en ninguna medida, condicionar lo que signifique ser hombre o ser mujer. Dentro de todas las relaciones se puede propiciar, mediante el diálogo, procesos dinámicos de distribución de roles.
Imagen tomada del blog redpiaff |
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