{Este primero de febrero me ha
regalado una imagen hermosa. Después de una semana volví a ver a Tin, que se
encontraba de vacaciones en Chile. Lo extrañé un montón y cuando vino tuve
inmensas ganas de abrazarlo. Me sentí un poco nervioso. Sentí ganas de que me
abrazara. Cada cosa que deseé, la hizo.
Me abrazó, me besó… Yo también hice lo mismo. De Chile regresó con un sabor y
olor a mar y sol que me encantó. Ahí, en el sillón, nos besamos y abrazamos por
largo rato. También me trajo de regalo un libro de testimonios de mujeres
chilenas que quedaron viudas o perdieron un ser querido por la dictadura de
Pinochet. Ese regalo, también, fue hermoso…
(Lunes, 16 de febrero de 2016)}