lunes, 21 de marzo de 2016

15° y 30°

El jueves pasado mientras volvía de la fiesta de cumple de la Vico me llovió y tenía tan bajo los ánimos que me pescó un resfriado que me tiene con nulo sentido del olfato hasta hoy. Nunca pensé que Córdoba fuera tan volátil como yo. Bueno, en realidad todos hablan de los desafortunados efectos del cambio climático…  Me digo, Córdoba es volátil como yo y punto.

Cuando hacen 30° no sé qué pasa, pero soy feliz. Cuando hacen 15° como que se detiene la dopamina en mi cerebro… y se me baja el ánimo porque entonces como que hasta las situaciones empiezan a ponerse al clima. Mi inteligencia funciona sin sol (en la noche), pero mi felicidad—quizá— con calor. Creo que sí definitivamente.  Córdoba pasó de 30° calurosos a 15°  fríos de jueves a viernes. En un abrir y cerrar de ojos literalmente. Y se ha mantenido así el fin de semana. Y, tristemente, algo dentro de mí también… 

La Rosy, mi amiga guatemalteca dice que, los sentimientos, las emociones, los pensamientos, las opiniones; no son estáticas. Soy, en mucho, la prueba de eso tal vez… Supongo que así somos todos. Ahora, el frío, la soledad, la extranjería combinan perfectamente con mi proyecto de investigación y mis aventurados hallazgos: Las LGBTQ culturas pasan mucho frío y soledad. En mucho, soy la prueba de todo esto también…


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