viernes, 21 de octubre de 2011

Me voy en su bitácora de viaje


"El surrealismo del fénix" by  Marilola


A la memoria de Rafael Montenegro


“Hay un sentimiento más fuerte que el amor: la solidaridad”  esta como muchas palabras y consejos proferidos por el profe Rafael nunca podrán borrarse de mi mente. Sólo me impartió clase un semestre y fue lo suficiente para que su gran humanidad dejara una huella indeleble en mí, tanto en el sentido humano como intelectual. 

Me enteré ayer a través de facebook. No podía creer lo que leía en el muro: había muerto. No pude evitar sentirme triste. No sé por qué todavía pienso que la gente que uno quiere y admira no puede morir, como si el simple hecho de profesarle admiración y cariño les otorgara exoneración ante lo inexorable.

Recuerdo, el primer día en su clase: “Teoría de la comunicación”, desde el primer día “la agarró conmigo” (…jeje). Yo ocupaba el pupitre de primero en la fila y me asignó que expusiera lo que él llamó hipótesis Dariana: “Venus anima artera sus máquinas fatales” verso del poema “Coloquio de los Centauros” de Darío. Le gustaba que improvisáramos. “Un comunicador debe saber de todo y estar preparado para hablar de lo que sea, frente a quien sea” nos decía.

Debo decir, sin pretensión alguna, que fui uno de sus alumnos favoritos, aunque no me considero de los estudiantes que desarrolla amistad con sus maestros, con él ocurrió algo muy especial. El profe tenía buen sentido del humor y siempre en las mañanas “intentaba molestarme” diciéndome: ¿Y usted, por qué no se peinó hoy?  (yo greñudo…jeje). Ah y lo que me encantaba escuchar, “Considerando su valioso aporte, le otorgaremos 2 puntos extras a su exposición” decía (…jeje).

Siempre me motivó a ver de forma crítica la realidad. Nunca aceptó un “no puedo”. Siempre nos concedió otra oportunidad. Generoso. Profesores hay un montón, pero maestros con vocación hay muy pocos. Él era de esos: creía en la juventud, en mí, en nosotros…  No era amante de la teoría, le gustaba la práctica. Nada de filosofía, pero mucha sabiduría. Nada de religión, pero mucho de amor al prójimo. Como Aristóteles a Nicómaco, así nos enseñó.

Extrañaré sus e-mail. Los maestros como él nunca cambiarán el mundo, pero sí cambiaran una vida.  Él fue uno de los que cambió la mía. Y se lo dije, por e-mail, pero se lo expresé. Y él me respondió que guardaría aquel e-mail en una bitácora (carpeta electrónica) que tenía para sus amigos especiales: yo espero que también haya sido en su corazón… que ahí es el lugar donde me gusta quedarme en la gente que estimo y admiro.

No me queda ningún pesar, sólo la tristeza de no poderle ver más. Nunca le podría decir adiós, porque lo que me enseñó lo mantendrá vivo… “La Muerte es de la Vida la inseparable hermana, la muerte es la victoria de la progenie humana, la pena de los dioses es no alcanzar la Muerte” (“Coloquio de los centauros” Rubén Darío).

1 comentario:

  1. Muy buena, he conocido a grandes personas a través de tus escritos...

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