lunes, 10 de noviembre de 2014

1984: la habitación 101



1984/George Orwell
Vengo de estar en 1984 con Winston Smith.  He leído 1984, una lectura que me debía desde que existo. La verdad es que, después de El Proceso de Kafka, no había estado sumergido en una atmósfera tan sombría y fría como la de esta novela.  Me he enfrentado a mi peor fantasía. Mis grandes temores como individuo perteneciente a una colectividad: la violación a los derechos humanos más elementales y la libertad intelectual.

George Orwell se pregunta: ¿Qué pasaría si…? Y como respuesta tenemos esta aterradora distopía que retrata, inspirado en la Rusia comunista, a la Gran Bretaña, a su Londres de posguerra con un toque visionario.  Y fue imposible para mí no hacer paralelismos con la vida que me tocó entre su 1984 y 2050 ficticio. ¿Qué decir de estos gobiernos totalitarios y de sus pretensiones de controlar hasta con quién nos vamos a la cama? ¡Horrible!

La habitación 101: el sitio donde puede pasarnos lo peor del mundo sin llegar a la muerte, por supuesto, hablamos de esa tortura que pretende quebrantar lo más profundo de nuestro ser: inhumanizarnos, resquebrajar nuestra voluntad y nuestro espíritu enfrentándonos a la más grande de nuestras pesadillas.  Lo que le pasó a Winston y a Julia es algo que no deseamos que le pase a nadie. Lastimosamente estamos expuestos a una sociedad igual de cutre cada día de nuestra vida. En cada esquina. En cada calle. Ante cualquier paso. Nunca sabremos de qué dirección viene el disparo, aunque estemos claros  de quienes apretarían el gatillo.

Me da pánico la censura, y, más aun la autocensura con la que tenía que lidiar Smith. La libertad intelectual en la sociedad de 1984 es inexistente, el pasado y la actualidad se manipulan igual que medio de comunicación. Si, y quien atente contra el Partido o el Hermano Mayor será vaporizado como a los 43 estudiantes de Ayotzinapa, México.  

“Cualquier día de estos—pensó Winston con una súbita convicción— vaporizará a Syme. Es demasiado inteligente. Ve las cosas con demasiada claridad y habla con excesiva franqueza. Al partido no le gusta la gente así. El día menos pensado desaparecerá. Lo lleva escrito en la cara”.

Y el mismo Orwell deja planteado en voz de Winston que los mejores libros son aquellos que nos cuentan lo que ya sabemos. Y a mi 1984 me ha dicho algo que sé desde que tengo conciencia política (¡vaya, por así decirlo!). “Sabemos que nadie toma el poder con la intención de renunciar a él. El poder no es un medio, sino un fin. Nadie instaura una dictadura para salvaguardar una revolución, sino que la revolución se hace para instaurar una dictadura”.

También me encontré en la reflexión de Winston y Julia al consumar su primer acto sexual. Y es que el tener relaciones sexuales placenteras en su contexto ficcional, y por qué no decirlo, en el mío también, se convertía en un completo acto político que transgredía “la ley”, al Partido y, consecuentemente, al Hermano Mayor (el dictador, claro).  Reivindicando, del mismo modo, sus conciencias.

2 comentarios:

  1. Viste!!! Pareciera un sub-realismo, pero es una realidad concreta. Te despiertas en la mañana con tus alegrias y planes, pero suspendido en el espacio a unos cuantos metros sobre tu cabeza esta el gran ojo espia, el que buscas y se esconde, y te mira atravez de espejos octogonales, de arriba hacia abajo, de frente y de espaldas, en high definition, 3D, convertidos en los consejos comunales, en los secretarios politicos, los que te dan el aval para el trabajo del tamaño del tiempo que estuvistes en la rotonda.
    Los que te dicen:
    .-Que pena con vos Waldir, aun no has llenado la cuota de tiempo, el gran hermano se siente defraudado con tu apoyo, por ahora que pase el siguiente y resonaran en tus oidos la palabra NEXTH.
    1984 aun no me fugaba del escrutinio del dia a dia del mitin politico, de las sandeces transformadas en dogmas revolucionarios, de la informacion compartimentada, de la verticalidad de la vanguardia, del timo elevado a la enecima potencia: La revolucion es fuente de derecho y eso daba lugar al atropello de tus ideas, al robo de tus bienes a la injusticia policiaca, a la violacion de tus derechos humanos como ser pensante y adversario del pensamiento en masa.
    Hoy es el presente del futuro que imaginamos ayer y mañana sera el presente del mañana que imaginamos hoy, pero para el ojo avistor, todos los dias seran como ayer, hoy y mañana siempre en la disposicion de detectar al enemigo que hace trastabillar el status quo del gran hermano dictador.

    Saludos minino, y asi como el ojo que te espia yo tambien siempre te leo.

    Abrazos y siempre te leo como lo que se que sos:
    Un gigante.

    ME 109 CITO

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