Cuánto cuenta mi boca,
mi boca que se abre tibia ante tu falo,
que se posa en tu glande, que lo engulle
hasta los testículos. Pero no es tu pene, es mi boca.
Cuánto guarda mi boca,
Pero no es tu pene, son los penes.
Un pene
que-se-sabe-su-pe-ri-or a mi boca.
Mi boca que asfixia falos
sin nombres.
Penes que la buscan y la encuentran:
húmeda, suave, cálida y profunda. Mi boca.
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