En mayo de este año fui a
Buenos Aires sin más razones que rencuentros, polvos mágicos y amor. Lo hice a
través de un grupo de Facebook en el
que viajeros comparten asiento en sus autos y así también gastos, las horas del
viaje y la buena compañía. Yo no podía tener más suerte pues justo cuando tenía
ganas de viajar a Baires, salió la oportunidad de hacerlo.
Resulta que tuve la suerte de
compartir con una pareja de chicos muy agradables: un cordobés y una porteña
que eran novios y militaban en el partido comunista de Córdoba. Era la
coincidencia muy divertida, porque estaban leyendo “La montaña es algo más que una inmensa estepa verde” de mi compatriota y también leonés Omar Cabezas. Para ese entonces yo leía Por la Patria de la chilena Diamela Eltit y así empezamos una conversación interesante durante
el camino.
A Pablo le pareció loco que
justo cayera un nicaragüense como compañero de viaje mientras ellos leían el
libro de Omar. Yo pensé que los comunistas en Argentina solo sabían de la
revolución cubana, les dije. Ellos se rieron y me dijeron que los comunistas
posta (de verdad) sabían de la revolución nicaragüense y, además, la
reivindicaban como una lección para Latinoamérica. Es que la revolución cubana
se hizo mainstream, saben, les dije.
Se reían afirmativamente.
De pronto, la chica, me tiró
una pregunta: Che, ¿por qué la Gioconda
Belli se volvió boluda? Yo, por supuesto,
no sabía qué responder. El otro día la escuché hablando re mal de Cristina y
bancando a Macri, continuó. Yo seguía sin saber responder. A todas sus
preguntas solo añadí el comentario que, de pronto, por no decir siempre, cada
uno habla desde su lugar en el mundo: ese lugar que puede ser de privilegios o
no. Y eso para mí explicaba ciertas actitudes y opiniones. Y así de divertida siguió la conversación
hasta que me dejaron a las 20: 00 hrs en la Av. 9 de julio. Yo me quedé unos
segundos sonriendo mientras el Gol Country azul se alejaba por la misma
avenida.
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