He
aprendido a medir el tiempo con jabones... Si, ha pasado mucho tiempo porque ya
casi no me acuerdo del olor del último shower
gel que compramos juntos. Dan
parecía que ni lo usaba y yo me acababa casi la mitad de la botella en aquel
jolgorio espumoso. En esa casa de Dan llena de vacíos, bonita y vieja. Qué rico
olíamos después. Y continuábamos hasta que el estómago nos recordaba que
necesitábamos comer.
Recuerdo
que una vez estábamos tan despistados. Tal
vez preocupados. Yo, particularmente, pensaba en el regreso de Dan a Estados
Unidos. Pensaba en que todo ese tiempo juntos nunca iba dar frutos. ¿Qué podía
esperar? Simplemente iba pasar. Se iba acabar. Esos tiempos juntos se iban
extinguir como se extinguían los jabones día a día… y si a caso olerá.
Entonces fuimos a ese supermercado de Granada que
nunca me gustó. Y trajimos shampoo en
lugar de shower gel y nos reímos como
dos niñitos. Llegamos a la casa y fui yo quien se metió al baño primero y vi
todas aquellas botellas de gel de baño vacías y pensaba en la separación
inevitable (desde el principio) y odiada (desde ese momento). Y ese día nos bañamos y resolvimos con un
jabón rosadito y barato que estaba en la mesita. Ese recuerdo arde todavía.
ummmmmm pienso y pienso y repienso Dannn????? oye, bonita microficción, no que va, no es microficción, mas bien microcuento, pero como dicen que toda ficción tiene su base real, voto por que esta sea otra de esas confesiones que a mas de alguno le incomoda
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