domingo, 17 de julio de 2016

Ocho de julio




 Puedo oler tu barba desde lejos,
acercándote desde un avión,  un tren y un colectivo.
 Chico de Boedo, de sonrisa y mirada tímida,
nos imagino subiendo
                  y bajando del subte,
yendo para nuestros laburos,
volviendo a casa para cenar juntos
y lamer nuestros dolores,
ronroneándote el pelo en el pecho,
yéndome despacio bajo el montgomery,
guardándote en el bolsillo,
en el jabón de olor y la boca…
             quedándome en tu melena espesa,
             bajo esa tupida pilosidad  
             con la que me guardás. 

*Fotografía 
by Flor Velásquez


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