jueves, 18 de febrero de 2016

Nueva York era esto



En estos días llegó a mis manos la revista colombiana El malpensante, quien según mi amiga Marcela del blog Crónicas alicoradas, es una de las revistas consagradas en el gremio literario del territorio cafetalero. Sin duda, no recuerdo haber tenido en mis manos una revista literaria de tanta calidad en cuanto a contenido visual de soporte. Al menos, en Nicaragua, El Hilo Azul o, en Centroamérica,  la Revista Carátula, son revistas de mucha calidad literaria y cultural; pero con formato y soportes de contenido, a mi juicio, poco atractivos.  

Primero, eché un ojo a cada uno de sus titulares, las hermosas ilustraciones y las fotografías. Todo aquello tan cuidado. Quería empezar de una vez con cualquiera de los artículos; pero, de nuevo, Marce, me sugirió leer una crónica del periodista de viajes David Granda: “Nueva york era esto”.  En efecto, estuve ante un recorrido al pasado no tan lejano de esta ciudad emblemática.

El primer párrafo me enganchó y me paralizó al unísono. Nótese: “El amor libre de los setenta era una actitud contracultural  que no discriminaba en función de la raza, género o clase social. Por eso, Jimi Hendrix le contagió la gonorrea a Danne, la esposa de Robert Hughes, el prestigioso crítico de arte de Time.” 

Y así, Granda nos lleva como si tuviera cámara en mano y no pluma, por las calles y lugares más conocidos de la capital del mundo, pero, con la diferencia que nos hace visitar la manera vertiginosa y, a la vez, decadente en que esta ciudad empezaba a erigirse.

 Aquellos personajes que en aquel entonces solo eran personas. Se puede respirar la decadencia en todo momento. Y notar el brillo de esas estrellas pop que ahora pueblan y aglomeran numerosas leyendas urbanas, revistas, nichos y grupies culturales: Iggy Pop, los Stooges , Patti Smith y Robert Mapplethorpe, por mencionar algunos. 

Y el periodista va y camina por las avenidas demostrándonos que en Nueva York además de sexo, orgasmos y gonorrea, hubo música, fotografía, cine y arte en sí mismo. Entonces, pienso en que quizá algún día quiera conocer Nueva York.  Como quien visita un museo de leyendas.  Y pensando esto, me traslado del sillón al colchón forzándome a dormir en el aburrimiento de una Córdoba que siesta.

1 comentario:

  1. Waldir fijate que yo conici El Malpensante lo que no recuerdo es que en que contexto lo hice, como dí con el, y fue hace mucho por cierto, creo en las investigaciones de la U para mi tesis o bien cuando divagaba buscando seguidores en el blog supe de ella... saludos...

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