Quiero empezar describiendo una imagen. Porque las
mejores fotos últimamente aparecen cuando no hay nadie con cámara en mano que
las haga. Pero suceden. Y siento apuro por registrar esas imágenes inalcanzables,
de alguna manera, por una cámara:
Estamos, él y yo, en un rincón de la terraza. Todo
es nuevo para mí en ese momento. La terraza y él. “Año nuevo”. Quizá yo
también. Sentados en una esquina con una hermosa vista de Córdoba. Oscuridad y
luces a lo lejos… y de cerca. No estamos sentados de cualquier forma. Somos
como matrioskas de dos piezas. Él, la pieza grande; me cubre a mí, la pieza
pequeña. ¡Wrapped! Y ahí entre sus brazos, sentado entre sus
piernas, no puedo pensar más y me dedico a sentir… aire, vista, respiración, palabras… Todo puede sentirse. Y es
único el momento.
Y con esa imagen se puede inaugurar una historia… y con estas dos líneas de conversación
también:
—Che, ¿no extrañás tu país?—
— ¿Y con esta compañía quién podría extrañar un país?—
Y así con unos ingredientes: una pizca de
idealismo heredado por mi madre, una dosis de budismo, un poco de psicología
positiva, pasión y muchas ganas se inicia algo. Y con algo inician las
historias…
jajajajajajaja ya sabes que provocan estas tus mini historias en mi verdad...???
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