Hace unos días seis chavalos me robaron mi
celular. Afortunadamente escapé con vida al hurto. ¿Dónde me pasó? En un lugar
que yo consideraba seguro hasta ese día. La seguridad ciudadana es un tema que
siempre me ha preocupado. Me pone nervioso. Nicaragua ha sido considerado uno
de los países “más seguros de Centroamérica”, pero es imposible no albergar
miedo en un país donde cada día ocurren muchos abusos y crímenes contra
civiles.
Según un viejo informe de Cinco dice que los delitos contra
civiles ascendieron después de los ´80 y que se han mantenido. Dicho informe
también alega que las estrategias más fuertes que ha emprendido el Estado de
Nicaragua al respecto han sido la profesionalización y modernización del
aparato policial, así como la incorporación de “otras instituciones” a la
vigilancia de la seguridad ciudadana, además de la Policía Nacional.
Sin embargo, después de lo ocurrido con la
protesta pacífica de #OcupaINSS y la cotidianidad de
expresiones delictivas a las que la policía no responde me queda claro que
Nicaragua de “país seguro” lo único que a lo mejor tenga es la fama. Creo que
las acciones estatales para conseguir la seguridad ciudadana no deben estar
centradas sólo en la policía, si no en verdaderos mecanismos de erradicación de
la violencia armada, de la represión y del machismo en los espacios públicos y
privados a través de una educación sostenida en los principios de respeto y
democratización de la seguridad; pues la seguridad ciudadana no debe ser
exclusiva para quienes pueden portar armas o movilizarse en automóvil
particular (porque ni siquiera eso es seguro).
Realmente me llena de rabia y frustración que, por
ejemplo, para cierto tipo de personas la seguridad ciudadana sea prácticamente
inexistente y tengamos que lidiar con expresiones de violencia de una manera
cotidiana como si esto fuera normal. Un ejemplo es que para las mujeres y las
personas LGBT no hay espacios seguros. Salir a tomar un café puede constituir
un riesgo a padecer una lista interminable de delitos callejeros. ¡Frustrante!
Estar alerta siempre no es nada grato. Pero, ¿qué puede hacer uno con el enojo,
la rabia o la frustración? ¿Qué podemos hacer contra toda la violencia machista
del mundo?
Fotografía cortesía de elobservatodo.cl |
No hay comentarios:
Publicar un comentario