miércoles, 11 de abril de 2012

La identidad en la Utopía


Hace unos meses publiqué en mi muro de facebook: “Entre la persona que pienso que soy, lo que los demás creen que soy y lo que me gustaría ser hay una diametral diferencia que bien podría hablarse de tres Waldir…” creo que por ahí andaba la cosa. Yo lo hacía parafraseando lo que un día Oscar Wilde dijo de lo que representaban en su vida los tres personajes principales (Dorian, Henry y Basil) de su aclamada novela: “Elretrato de Dorian Gray”.
 
En días anteriores, mientras yacía muerto del calor y el aburrimiento junto a una amiga bajo la sombra de un copioso árbol empecé a escuchar la música que ésta andaba en su celular y entre una y otra canción salió una de la mexicana Belinda (¿Qué es esto? me dije). Pero, a fin de matar el tiempo en lugar de cambiarla, decidí escucharla: ¿Y quién hay? ¿Y quién hay? Sólo un rumor, sólo una voz… sólo Dios sabe quién soy. Más o menos por ahí andaba el estribillo.  La canción se llama Utopía y le da nombre al segundo disco de estudio de la joven cantante. “Pero alto, no vayáis a creer que os vengo a hablar de música” (…jejeje así diría alguien por ahí). El asunto es que la identidad se nos plantea en la vida como un enorme lío que hay que resolver y una realidad con la que debemos de vivir.

¿Quién soy yo?, mmm… bueno, déjenme pensar… yo pienso que soy un joven recién adulto, de temperamento inestable, a veces rebelde, a veces sumiso, que se hace un ocho con facilidad, a veces inteligente, a veces tonto, no sé, tal vez sería más fácil decir que soy nicaragüense, por ende, tercermundista y subalterno… 

Cuánto lío. En este sentido, muchas veces nuestra identidad está definida por la existencia de Otro, los Otros. Si soy negro, es porque existe un blanco. Si soy pobre, es porque se supone la existencia de alguien que no lo es… Sin embargo, la identidad en la utopía es lo que nosotros deseamos ser: ese estado ideal que supone su propia inexistencia. Hay quienes afirman que uno es lo que los demás piensan que somos; pero la identidad en la utopía adquiere un valor contextual: “esto soy”; pero “seré esto”. La canción me ayudó a llegar a la conclusión de que sean los Otros quienes nos asignen lo que somos o sea Dios como un ser “no tangible”, por tanto, utópico en su connotación ideal: nuestra reafirmación identitaria siempre está condicionada por los Otros (agentes externos a nosotros), entonces, he comprendido el éxito de este bochornoso sistema social opresor… 


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