martes, 3 de abril de 2012

How you feel today

¡Las cosas más extrañas les suceden a las personas que viven escondidas! Aunque considero que yo no vivo escondido hoy he sentido que sí, pues hay cosas que me gustaría compartir y no puedo hacerlo, entonces las escondo o las guardo sólo para mí. A veces, pienso que mis cosas no tienen la suficiente importancia como para que otros las conozcan. Lo que más odio de ser adulto es el miedo. Cuando yo era niño no tenía miedo, de nada y de nadie, y ahora el miedo parece ser una condición de la adultez. Pero hoy no he sentido miedo.

Con lo caliente que está abril dan ganas de bañarse a cada rato. Las medicinas que estoy tomando para volverme una persona normal y aburrida están dando resultados. Hice una lista de cosas extrañas por hacer este mes. Ayer me encontré a Bob La Esponja en la UCA y no pude evitar hacerle una foto.

Volviendo al caso de las cosas extrañas, pues resulta que hoy al mediodía conocí a un tipo llamado Carlos (por cierto, así se llama mi papa). Resulta que el bus en el que me regresaba de Managua a mi pueblo se dañó a mitad del camino y todos los pasajeros tuvimos que bajarnos a esperar que otro bus se apiadara de todos los dispersos… Hacía un calor infernal, yo sentía cómo se me pegaba el pantalón causándome una sensación exasperante en mis piernas. Resignado me senté en una piedra enorme junto a la caseta de la parada de bus. Estando ahí, se me aproxima Carlos. Que me pregunta que a dónde voy, cómo me llamo, que si estudio o trabajo, que dónde vivo y que si quiero tomarme algo en lo que pasa el otro bus. Yo le contesto todo con absoluta sinceridad. Le digo que no quiero cruzarme la carretera hacia el kiosquito donde venden coca cola porque temo que pase el bus y me deje. Entonces se va él y yo me quedo.

Mi temor se confirma y en lo que él está comprando su bebida del otro lado, pasa el bus y yo le quedo viendo de lejos como apurándolo y el tráfico se pone algo difícil como para que él se cruce rápido. El bus se va y yo me quedé esperándolo. ¿Por qué?, No sé. Llega, me pide disculpas, me regala una coca cola y sigue entrevistándome. Después de casi media hora llega el bus y lo abordamos. Nos sentamos en el cuarto asiento del bus—yo del lado de la ventana y él a mi lado-- y sigue la conversación, esta vez soy yo quien lo interroga. Y descubro que vive a cinco cuadras de mi casa y él nunca me había visto y, por supuesto, yo tampoco. ¿Dónde he estado?, supongo que escondido. Este mes me voy a la playa, pero después de semana santa…

Bob La Esponja llega a Managua y saluda en la entrada de la UCA (...jeje)/ Waldir Ruiz

2 comentarios:

  1. jajaja... divertido! ps yo casi siempre conozco a alguien nuevo por ahí, sólo que no viviendo tan cerca. :D atte: RAH

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  2. Pues yo ya deseo conocer a alguien, el ella o lo que sea un perro tal vez, si tengo mi familia los adoro a todos, pero a veces hacen falta caras nuevas, humanas o no, que te hagan entender que el mundo es enorme...

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