A propósito de que alguien me preguntaba para qué escribo un blog, se me ocurrió decirle que lo hacía como una especie de memorias que en algún momento del tiempo leerán mis nietos (…eso fue lo más idiota que se me ocurrió, pensé después que lo dije ja!). La verdad: no sé, lo hago porque me gusta escribir y no puedo dejar que mis pensamientos estén quietos o estancados.
Y como este blog es una especie de memoria en la que documento mis trabajos, temas y demás cosas que son importantes para mí, no podía dejar de documentar el hecho de haber conocido a alguien como Martin. No se trata del encuentro de un fan con su celebridad, si no de una especie cósmica de casualidad maravillosa (oops! qué descripción más precisa! Jajaja..).
Les explico: es algo así como lo que me pasó después de haber leído el Diario de Ana Frank y encontrarme con alguien que tiene muchos puntos en común conmigo (más o menos…jeje), sólo que en el caso de Martin son las posibles relaciones que hay entre periodismo y literatura.
Y me refiero a “una especie cósmica de casualidad maravillosa”, porque había leído a Emila Persola antes de conocerlo, y había estado hablando con un periodista de EL NUEVO DIARIO acerca de él, en enero de este año, y me inquiría asombrado porque yo le decía que no lo conocía, y hasta le juraba que nunca lo había visto (…jejeje…se suponía que yo debía conocerlo porque él estudió Filología y comunicación). Entonces, la gran casualidad: cursó dos asignaturas conmigo el semestre pasado y, finalmente, lo conocí.
En mi carrera he compartido clases con chavalos que se han abierto paso en el camino fangoso de la literatura nicaragüense, otros que todavía trabajamos para conseguirlo, admirable realmente, pero a muchos de ellos los invade un absurdo aire de “intelectualidad superior”, mucha pedantería en algunos casos y misantropía en otros. Pero Martin es distinto, diáfano, conversador. No se aprende los libros de memoria (no vive citando autores).No sólo habla de libros. Nada pedante. Realmente interesante. Muy buen amigo.
Por ahí un día escuché a un “profesor” de la carrera de Diplomacia descalificando las posibles relaciones que hay entre alguien que ejerce el periodismo y la literatura como forma artística. “Periodistas poetas” decía mordazmente. A grandes luces supe que él ignoraba lo muchísimo que están relacionadas estas dos áreas. Casos muy conocidos de autores que desarrollaron una producción literaria, después de haber ejercido o relacionarse con el periodismo, son el de Isabel Allende, Gabriel García Márquez o el mismísimo Truman Capote.
El asunto es que el periodismo supone un contacto directo con la realidad, con experiencias ajenas, con distintas manifestaciones. También supone un conocimiento mucho más humano de la realidad circundante, del tras bambalinas de la elaboración de discursos informativos, de ahí que surjan muy buenas obras narrativas.
En el caso de Emila Persola no es una narración. Su primer libro es una especie de pastiche poético de un periódico. Los "Poemas Rojos y Amarillos" se presentan ante uno como “Noticias” intemporales, asoman distintos ángulos de la realidad. La tinta roja del editor no está, es la pluma de Persola que tiñe de rojo la realidad de las mujeres y hombres que narran sus vidas. La “noticia” son los títulos: “Niña parirá hijo de violador de 75 años”, ejemplo. La poesía es la vida misma de sus protagonistas.
Los poemas amarillos, por el contrario, son la lírica asistente. La poesía (de Persola) que asiste a sus sujetos “noticiosos”. Toda su experiencia personal y periodística condensada en un poemario brillante. No es lírica que huye de la realidad, más bien sale a su encuentro y la apresa, la expone, la narra y la canta. Su libro y su amistad me dejan una sensación rara, no sé, como de mar: está ahí, aunque no lo vea... se va, vuelve, lírica con fuerza…
P.S: Por tus buenos poemas Persola! Y por la buena plática, Martin! Abrazo!
Interesante. Y es muy cierto lo que dices respecto a la relación entre periodismo y literatura, ambas me han atraido siempre (no se por que p-----, termine licenciandome en computación). Y continuando con tus ejemplos, Ken Follet el bet seller ingles fue periodistas y muchas de sus exitosas novelas estan en ese ambiente, "Papel moneda" es un buen ejemplo.
ResponderEliminarGabriel García Marquez escribio "De amor y otros demonios" mientras ejercía el periodismo. Isabel Allende "De amor y de sombra" esta basada en un hecho post golpista en chile ampliamente cubierto. y asi sucesivamente...