soy como Nicaragua
por fuera
malas noticias
desde afuera
malas noticias
por dentro
(o el mestizaje como una categoría “racista aspiracional”)
A raíz del Black Lives Matters (BLM) se detonaron las conversaciones con mis amigas en torno al racismo latinoamericano y el racismo en sus expresiones locales o desde nuestros respectivos países. Recuerdo que vino a mi mente una lluvia de expresiones, conversaciones, actos que a lo largo de mi vida han construido un discurso discriminatorio basado en la racialización de otros cuerpos de acuerdo a unos fenotipos particulares.
En el imaginario social, colectivo y popular las personas nicaragüenses tienen una forma bastante especial de percibir y describir las disidencias sexuales y de género de su entorno. Es un conocimiento popular bastante desapegado de las categorías elaboradas y construidas por la teoría queer o el movimiento LGBT a nivel internacional u occidental. Es a su vez, una nomenclatura pragmática y despectiva que reduce las disidencias sexuales y de género al término cochón/a construyendo desde este discurso algo que perfectamente podría entenderse como “tercer género” en códigos simbólicos que construyen realidades, desde prácticas sexuales hasta acciones discriminatorias y violencias que, lamentablemente muchas veces, terminan en crímenes de odio.