Martín viene desde su casa
/en bicicleta,
en los 40 grados de
en los 40 grados de
esta ciudad mediterránea.
“Martiiiin”, le llamo.
¡Hola Wal!, contesta.
Subimos del ascensor.
Bajamos del ascensor.
Un beso, otro beso, otro beso, otro beso
hasta que se pone rosadito. Y mete su mano
en mis viejos levi´s, y los
dedos, y le acaricio el
Calvin Klein blanco…
Che, qué calor.
Un beso, otro beso, otro beso, otro beso.
Y nos sentamos en el sillón,
y me hace upa.
¡Hola Wal!
¡Hola Martiiin!
***
Lloré en el lobby del edificio de la Ing. López 9
En esa esquina con Déan Funes
Tuve sexo en esa terraza
y ahí también me hizo el amor
Penetración con cariño
Penetración con sentimientos
Más sentimientos que lujuria, ponele
ponele, ponerla, ponele.
Lloré mientras guardaba las milanesas congeladas,
esas que iba a cocinar para los dos
Y el puré de papas instantáneo que siempre supe
/que no iba a probar
Yo lo sabía
Yo lloré en mis pesadillas y nadie se dio cuenta
A nadie nunca le importó.
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