No me advertiste la botella
de vino balbo,
esa gruesa y de etiqueta amarilla.
Lo que me hicieron el año
pasado
no se nota aún ni en mi
mirada.
Yo no pude advertir la
fuerza de tus piernas,
mi ingenuidad extranjera no
sobrevivió a tu embestida.
Ni un gonococo por descuido
Ni un besito enfermo
Lo que hicimos el año pasado
no se nota aún en nuestros rostros.
Se gestaron dolores
silenciosos
tras cada vaso con hielo
tras cada comentario
terrible
tras cada necesidad de mi
infancia
No pude advertir el miedo
que nacía
de tu pilosidad viscosa
tampoco el sabor a jarabe de
tu lengua
Lo que hicimos el año pasado
no libró ninguna
advertencia.
Bellísimo
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