miércoles, 22 de marzo de 2017

Espejos para miradas solas




Usted tiene el arte de desconocerme
cuando no estoy en su cama.
Por ejemplo, en el ascensor, cuando salimos,
mi mirada viaja buscando la suya
y vuelve sola.
Se puede decir, también, que vuelve
con la mía, esa otra que proyectan los espejos
contra la claustrofobia. Espejos también para
miradas solas.
¿Dónde habrá aprendido usted ese
arte de desconocerme?
Toda mi sonrisa no puede contra ese
arte de usted de ser indiferente.
¿Dónde aprendió el arte de desconocerme
cuando no estoy en su cama?
Ese arte de fingir que no pasa nada.


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