martes, 18 de octubre de 2016

Antología personal




Estuve leyendo a principios de este año una “antología personal” de Jorge Luis Borges que me prestó mi amiga Marcela del blog “Crónicas alicoradas”. Se trataba de una vieja edición del Club Bruguera, un pequeño libro amarillo que le heredó su padre. Hoy decidí devolvérselo después de meses en mi mesita de noche. 

Creo que siempre huí de Borges, no estoy seguro por qué, pero dentro de lo que se me ocurre está el que sea un escritor aclamado, amado y valorado. No sé, no estoy seguro, repito. El punto es que leí esta antología que me prestó la Marce y la disfruté con algunos tintes de padecimiento porque se me hizo inescrutable a veces, clásico, rebuscado… Muy lejos de mí, de mi mood súper contemporáneo en el que estoy ahora... 

De sus poemas adoré Junín y Fundación mítica de Buenos Aires. Este último será de mis favoritos por siempre. De su prosa, El puñal. De sus relatos, Emma Zunz.  De sus ensayos, el que escribió sobre Oscar Wilde es de mis favoritos; pero, no sé si por él o por Oscar. Es hermoso.

Me gustó mucho poder acercarme a Borges en el verano pasado. Lo recuerdo entre los calores, la lluvia, el café con leche… y creo que volveré a él como se vuelve a todo lo difícil. Como para desenlazar nudo, digo. O quizás no. 



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