jueves, 27 de octubre de 2016

Hace 38 semanas




Yo coqueteo con la luz, con la poca luz que se filtra hasta nuestra mesa, con el tintineo del hielo en el vaso, con mi sonrisa después de cada uno de sus comentarios, con la mirada fija y la atención puesta en sus ojos, en su boca… Se pone inquieto, lanza una mirada nerviosa, con esos ojitos tiernos que él tiene tras los espejuelos. Me pongo nervioso también y me apuro a llevarme un puñado de maní salado a la boca. Me toca la rodilla y siento cada uno de sus dedos en cámara lenta. Se me erizan los vellos de los antebrazos. Da el último sorbo al vaso. Salimos del bar y bajamos por la Av. Hipólito Irigoyen.  Llegamos a mi casa. Sigo coqueteando con poca luz. Esta vez su mirada busca mi sexo. Me tiro al sillón y me sigue. Mi mano ya conoce el lugar y mi nariz el olor. Su brazo sirve de almohada como siempre. Estira los pies y yo los encojo. Me siento caracol. Da un último bostezo y se apagan todas las luces.

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