Fotografía by Waldir Ruiz |
Todo comienza —o termina— un día normal. Hasta el
más funesto de nuestros días sucede un día normal. Un día en que nos
levantamos, desayunamos y nos bañamos pretendiendo que todo será normal. Procuramos
un día como ayer, quizá. Porque los ayeres suelen estar poblados de días
normales que queremos repetir. Y a toda la gente nos gustan los días normales.
Días que no atentan contra nuestra estabilidad.