sábado, 20 de diciembre de 2014

Un día normal

Fotografía by Waldir Ruiz

Todo comienza —o termina— un día normal. Hasta el más funesto de nuestros días sucede un día normal. Un día en que nos levantamos, desayunamos y nos bañamos pretendiendo que todo será normal. Procuramos un día como ayer, quizá. Porque los ayeres suelen estar poblados de días normales que queremos repetir. Y a toda la gente nos gustan los días normales. Días que no atentan contra nuestra estabilidad.
  
Pero —como decía— todo comienza siendo un día normal.  Como esa vez al salir de casa en que chocamos contra el umbral superior de la puerta. Y al vernos el moretón frente al espejo solo dijimos: “Vaya, sí que he crecido”. Porque claro está que en días normales nunca nos hubiésemos golpeado.

Ni se diga de ese día en que regresaste del colegio y tu papa ya no estaba. O el día en que a tu mama ya no le importó que usaras medias negras. Qué más faltaba. Nunca fue necesario que vigilaran nuestra ropa. 

Pero los días más sorprendentes son esos días normales que se vuelven oscuros. Días que se tragan parte de nosotros y nos escupen con una nube en nuestras cabezas. Una nube que mengua, se oscurece, llueve y truena. Una nube que nos persigue a dondequiera que vayamos y que incluso, cuando dormimos, nos asalta, a veces,  con una tormenta. Por eso, me dan miedo los días normales. 

4 comentarios:

  1. Aca me tienes amigo luciernaga, del forastero que murió esta aldea queda, odio ya los dias normales, establecen una dictadura absolutista en nuestras vidas, son con el Gran Hermano.....

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    1. Te envie un E-mail y no me respondiste, aun espero respuesta

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    2. Nunca recibí tal e-mail. xD ¡Feliz año nuevo!

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