Alguien dijo que esto
no es natural.
Su mano deslizándose sobre
mi espalda, a través de mi
piel
-murmulla que es suave-
hasta la curva de mi cola.
La redondez de su labio
inferior.
El pequeño y dulce
mordisqueo
de mi boca en ese labio.
La curva esculpida de su
nariz.
Todo tiene más de la tierra
que del cielo.
La sombra de su pilosidad,
el músculo que como dedo
señala mi centro del mundo,
tiene más de la tierra que
del cielo.
La forma perfecta de sus
cejas,
nuestros cuerpos a una sola
sombra.
Cuando estoy sobre su
regazo.
Todo tiene más de la tierra
que del cielo.
Esto que se siente del
tamaño
de América Central y
Argentina juntas
en el mismo haz de luz,
tiene más
de la tierra que del cielo.
Todo tiene más de la tierra
que del cielo.
*Fotografía by
Flor Velásquez
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