lunes, 10 de agosto de 2015

Que me quiera, pero no tanto.



Contsanza Marchant/Fotografía by Flor Velásquez
“...the way poetry moves, and moves, is a truly beautiful thing.”
- Della Hicks-Wilson

Pienso en algo que una vez leí que dijera la Gioconda Belli, en que la poesía buena nos enseña a vivir, nos enseña la belleza y la miseria de la experiencia humana. Nos enseña que no estamos solos. Y me quedo con eso último: no estamos solos. Y así, como si nada, en uno de mis solitarios y a la vez repletos días en Córdoba, Argentina me encontré con la Cony (como le decimos de cariño). Mi queridísima amiga Constanza Marchant. Y desde entonces, no he estado nunca más solo. La poesía, las alusiones, los helados y el revoloteo en la biblioteca son apenas descripciones vagas de lo que va siendo esta gran amistad.

Constanza es poeta. Y diré sólo esto porque poeta es una palabra lo suficientemente grande como para sostener una mujer maravillosa como ella. Con 26 añitos y originaria de Chile vive sus días en el corazón de Argentina: Córdoba. Una tarde después de nuestras clases nos fuimos a su Depto. y mientras cocinábamos y comíamos una pizza hablamos de lo que más amamos: 

¿Cómo iniciás la aventura de escribir?

Creo que como muchas otras poetas, escribiendo un diario de vida. Fui muy buena lectora desde pequeña y en la medida que fui creciendo fui buscando espacios donde pudiera hacerlo. Como el Centro Cultural Balmaceda-Arte Joven y la Carnicería Punk Moda y Pueblo. Seguí escribiendo, perfeccionando y empecé a juntarme con otras escritoras.

Constanza Marchant/Fotografía by Flor Velásquez
¿Qué lugar tiene la poesía en tu vida?

No podría decir que la poesía tiene un lugar en mi vida porque ya la poesía lo es todo. Lo ocupa todo. Hace unos días te decía, a veces siento que la poesía me está matando y otras veces que me está dando vida. La poesía es para mí un espacio hermoso donde yo puedo desarrollarme de distintas formas. Es, entre otras cosas, un escape. Entre tanta cotidianidad, tanta obsesión, tanta rapidez… Es mi oficio.

¿Por qué poesía y no narrativa?

No es algo que yo haya decidido. Mi relación con la poesía es: La poesía invadiéndome como sujeta. Creo que la poesía lo quiso así. Hay noches que me tengo que levantar de la cama a escribir. Así actúa la poesía en mí.

¿Podemos hablar de tus motivos?

Uno va cambiando. Más joven me ha interesado el espacio del apego. Por no sonar tan cliché y decirte el amor (risas). Y también del desapego, que es más tormentoso. Y en la medida que he crecido y más a conciencia me he empezado a hacerme cargo del ser mujer, la deconstrucción del cuerpo, lo que significa ser mujer en la época actual… Lo que te va moviendo en realidad. Realidades de otras personas… Yo no puedo escribir desde otros espacios que no sea la pena, el dolor y el desgarro. Ese cuerpo que se rompe, que se deconstruye y reconstruye pero que queda cicatrizado. No puedo escribir desde la alegría. 



¿Es difícil para una mujer dedicarse a la escritura, a la poesía, hoy en día?

Es difícil porque en el mundillo de la literatura, al menos desde mi experiencia en chile,  hay muchos hombres haciendo lobby patriarcal. Y lo reclaman para sí como su esfera, su espacio. Y es común encontrar comentarios misóginos. Pero, a la vez, para una mujer empoderada no es difícil enfrentarse a cualquier tipo de estos machistas por ahí. 


¿Te molesta que te encasillen en “escritura de mujeres”, “literatura de mujeres”?

Me molesta que me encasillen. Pero espero ser valorada así, porque no me interesa escribir como hombre ni ser valorada como hombre. Me interesa escribir como mujer. ¿Para qué seguir escribiendo como ellos, más de lo mismo? No. Lo de la categoría me representa un conflicto, pero no la palabra mujer. 

 
¿Hay una subvalorización de la poesía escrita por mujeres respecto a la poesía escrita por hombres?

Hay que verlo desde el espacio donde se construye esta valorización. Por ejemplo, los premios de poesía mayoritariamente se los ganan hombres, las publicaciones son de hombres… Desde mi experiencia en Chile, cuando estuve en la Fundación Neruda, el 70 % eran hombres. Y es una cosa que se sigue repitiendo…  Si la gente se dejase llevar por estos espacios, pues se pudiera percibir que las mujeres no estamos escribiendo. Pero las mujeres sí estamos escribiendo y escribiendo bien, pero desde nuestros propios espacios más alternativos a este mundo. Seguimos leyendo ante la gente, seguimos escribiendo. 



¿Una poeta?
Alejandra Pizarnik

¿Una mujer?
Mi madre.

¿Un narrador?
mmm… Cortázar.

¿Una narradora?
Virginia Woolf.

¿Poesía?
Oxígeno.

¿Literatura escrita por mujeres?
Movimiento. Acción. Lucha.

¿Chile?
Exilio.

¿Latinoamérica?
Casa.

¿Un sentimiento?
La tristeza.

Un verso tuyo: Habitar el amor como espacio de resistencia...
Nahuel.

Constanza Marchant,  Waldir Ruiz/ Fotografía by Flor Velásquez


La imagen de mujer rota
que se derrama sobre sus espejos
espera en la piel
de quien olvida mi nombre.

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