jueves, 5 de julio de 2012

La barba de Louis


"Retrato de Louis", ilustración de Paula Bonet, adaptación de Waldir Ruiz

En los días que conocí a Louis [el vampiro, ese del que eventualmente hablo y al que le he enviado postales y cartas que nunca encontraron respuestas], me sentí extrañamente atraído por su barba. Así como días después me alucinó su intelecto, forma de escribir y comunicarse, así su barba me absorbió. 
…yo quedaba abstraído en un mundo simbólico en el que cada movimiento transcurría lento, en el que cada roce de su barba afelpada era un corrientazo eléctrico que me sumía en un estado de tensión que desembocaba en una pequeña muerte. Muerte. Eso era y es.

Su barba, no me canso de verla y estudiarla. Seguir con mis labios el rumbo de los vellos, el orden, cómo estos se amoldan y contornean a su rostro. Lo enmarcan. Me gusta observar cómo confluyen todos esos pequeños vellos y se vuelven eso que me obsesiona. De castaño claro a castaño oscuro, blancos, negros, hay de todos… 

Me gusta seguir el ritmo de sus días. ¿Va corta, larga, mediana?  ¿Está suave, rasposa, descuidada? Ella habla por Louis, me explica el paso del tiempo de su vampirismo… y aguarda más que él a mi roce.  


2 comentarios:

  1. Aludo ala sensacion de los hombres en la adolescencia de apreciar como crece la barba...el bigote es poco mimados...pero la barba es el tatuaje natural que tratamos de marcarlo en todas las formas...

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  2. Otra para Louis muy bien como era la barbar ñan ñan
    Att Aldo

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