Hay en el estante detrás de
mí una edición de color amarillo de “El amor en los tiempos del Cólera” de
Gabriel García Márquez. Hace unos días, por whatsapp, la Luchi me comentó que
tenía esa edición, que justo la compró en su viaje a Colombia mientras estuvo
en Macondo, como le llaman a Aracataca, el pueblito donde vivió Gabo. Yo le
dije que no había visto ese libro en la casa, pero ahora recién lo noto.
Se escucha algo parecido a
una gotera a ratos. Pienso que podría ser también un lápiz de mina que alguien
no deja de apretar el botón. No sé de dónde viene ese sonido, pero se escucha
como si fuera al otro lado de mi cuarto. Justo en la esquina. También escucho
sonido de autos y de aviones al unísono. También hay un sonido como de animal, algo
agudo y en baja frecuencia, no sé, quiero pensar que son los grillos después de
la lluvia.
Hay pequeños agujeros en la
pared blanca de mi cuarto. Hay tantos que parecen una constelación, pero son
tan pequeños y la pared tan blanca que casi ni se ven. Veo una semilla seca, de
mandarina, cerca del placard. ¿La habré tirado yo el otro día? Está un muñequito
de Perón en el mismo estante donde está la novela de Gabo. Es muy chistoso este
muñeco, tiene los brazos hacia arriba como Perón en sus discursos. Cerca
también hay un frasco que bien podría ser de aceite esencial o de Popper. El
muñeco y el frasco junto a un enorme dado de madera con los números
despintados.
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