Más allá de los emoticones de corazones, este
febrero ha sido para reflexionar. Si, mientras se prepara un mensaje o se
trabaja en una campaña alguien como yo acaba lleno de muchas reflexiones,
nuevas preguntas y muy pocas respuestas. Más aun si se trata del amor romántico
que, como el machismo, jode la vida en muchas escalas y distintas intensidades.
Si, como los terremotos.
Desde mi práctica amorosa me ubico como una
persona perteneciente a una generación que ha dejado muy atrás ese amor de la
vieja escuela; pero que, obviamente, me he tenido que enfrentar a nuevas formas
y mutaciones de ese amor romántico, patriarcal y machista. Desde la práctica
política-personal de la disidencia de género y sexual me ha tocado enfrentarme
y sobrevivir también a esas sutiles-pero no menos peligrosas- formas de
violencia que propicia esta cultura del “amor” que aprendemos.
Una de las cosas que más he reflexionado en este
febrero ha sido en las barreras de edad, etnia, clase, género y poder que sí
existen. Ya saben, aquellos mitos del amor tipo: “en el amor no hay edad” y una
enorme lista de frases e historias, desde la literatura hasta el cine, en donde
nos hacen creer que ninguna de estas barreras existen cuando se trata de
amor y pues la realidad dista mucho.
Yo soy un gran creedor en que “cuando se quiere se puede”, pero esa
idea puede contener sufrimiento implícito, además del obvio romanticismo que de
por sí significa. Es duro amar a alguien desde un segundo idioma. Desde un
segundo/lugar todo. Y también es muy difícil amar a alguien desde una
diferencia de 20 años de edad. Si, tipo 25 y 46. Lo es. Y aunque lo del idioma
y la cultura es prácticamente salvable de mil maneras: ¡Ahora casi todos somos
cosmopolitas! Desde mi experiencia no he podido con lo de la edad, porque al
final, esto deviene en muchas otras cosas y percepciones de lo que significa
construir una relación.
Yo creo que hay que aprender y ser inteligentes
emocionalmente. Nada de violencias, berrinches tontos y caprichos. Hay que
elegir estar bien y si estar bien nos lleva a estar sin pareja, pues mejor. La
amistad, la solidaridad, y demás muestras de amor han demostrado, sin duda,
poder más y ser superior desde donde se les mire.
{¿Usted
tiene alguna barrera que no ha podido superar?} »Contando…
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