“Ustedes sí pueden pasar, pero ella no”

A veces resulta difícil constatar la homo/lesbo fobia en un contexto donde realidades identitarias y conflictos se superponen, pero la transfobia es evidente. El miércoles pasado caminaba junto a unos compañeros y una compañera transgénera por las calles del centro de León hacia algún bar en la zona más chic y excesivamente falsa de esta homofóbica ciudad colonial. 

Queríamos ilusamente encontrar un sitio donde poder estar hasta muy tarde. Y pasó lo que temíamos al intentar acceder al bar K9, no tan chic y súper transfóbico. El corpulento portero dijo: “Ustedes sí pueden pasar, pero ella no”. Cuando empezamos a cuestionarle, pidió la cédula de identidad de ella que, por supuesto, no le mostró porque intuíamos la humillación que pretendía hacerle al burlarse y justificar su transfobia en el documento que no refleja ni respeta su identidad de género asumida. Nadie se quedó en este lugar y decidimos entrar a otro donde no hubo problema para permanecer, pero  las miradas, murmuraciones y risas de las demás personas en el bar siempre fueron evidencia de la transfobia.

Después de esto quedé un poco descompuesto. Es triste que la lucha por el reconocimiento de los derechos humanos para todas las personas LGBT se torne cada vez más difícil en un país donde la discriminación homofóbica, transfóbica y lesbofóbica es institucionalizada, legítima y aceptable. 

Recuerdo que hice un semestre universitario en la UNAN- león y mis primeros días ahí resultaron ser una auténtica caldera homofóbica. Fue una experiencia súper fuerte, porque nunca en mi vida me había sentido directamente rechazado. Puedo entender profundamente cualquier sentimiento experimentado por las transgéneras y entiendo que sea difícil escapar a un estereotipo, porque muchas veces estas mujeres en León son vistas como delincuentes y asociadas al trabajo sexual, porque muchas de ellas sí lo son.  

Pero como siempre todos estos conflictos y particularidades justifican y distraen de la necesidad de hablar seriamente de la homo/ lesbo/ trans fobia. Habrá quien piense o diga: “Vamos, búsquense un bar gay”; pero ¿esa es la manera de cambiar comportamientos e ideas profundamente arraigadas? Particularmente no soy partidario de la existencia de bares para personas LGBTI. Creo que las personas no heterosexuales deben de gozar de la misma libertad que las personas heterosexuales, pero claro está que aún nos falta mucho para conseguir eso. Aun así yo sigo apostando por la inclusión y la apropiación de todos los espacios como lugares donde hagamos que se respeten a todas las personas.

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