Eucalíptos llameantes
doblándose por la lluvia de mayo
aferrados a la tierra envenenada
de agroquímicos como nosotros nos
aferramos a una existencia
de palabras inútiles y ruido
Vivir en sueños rancios de quien pensó
que un buen hombre coge con putas
y va misa con su mujer los domingos
habitamos el peligro de quien confía en un
hongo venenoso
desafiando la imaginación
existiendo fuera de los deseos
como las raíces de los árboles
que rompen las cunetas que dan forma
a la lluvia ácida en una Managua alcalinizada
y bochornosa mientras nos camuflamos
en la basura mojada que
ni los mendigos quieren tocar
No hay comentarios:
Publicar un comentario