martes, 16 de mayo de 2017

Los modelos de conducta de John Waters




Vengo leyendo este libro desde septiembre del año pasado, cuando Raúl, mi amigo que me lo había estado sugiriendo, finalmente me lo entregó una tarde que nos juntamos a celebrar el inicio de la primavera/el fin del invierno. “Este guaso me recuerda a vos todo el tiempo” me había dicho el Raúl. Yo lo leí muy de a poco. No soy cinéfilo y mis acercamientos al cine de autor han sido más espontáneos y de suerte que de decisiones [porque sí tengo amigos cinéfilos]. El asunto es que de John Waters sólo conocía y había visto la película Pink Flamingos

 No era fan de él y me interesaba más como un artista homosexual con un contenido suficientemente subversivo para mí claro está. Honestamente, eso de “los modelos de conducta” es algo que hasta el día de hoy sólo se lo escucho decir a [figuras] estadounidenses. “Busca un modelo de conducta y aprende de lo que él ha hecho para ser quién es y alcanzar sus objetivos” algo así va el verso. Un empujón y se cae en la autoayuda, pero menos mal que no es tan así.

 Este libro de John Waters es más bien un reconocimiento personal que él hace de sus influencias como artista y cineasta. Y lo que ofrece es un relato interesante que ronda lo anecdótico repasando cada aspecto y cada una de las personas que sacudieron su espíritu artístico y su vida para poder producir toda la filmografía bizarra con la que cuenta hoy en día. 

Unos momentos memorables durante la lectura fueron sus anécdotas con los seres humanos anónimos de Baltimore, su ciudad; y, cómo estos perfiles de personajes anónimos aparecen reflejados en muchos personajes de sus películas. Me encanta cómo explora la ciudad y la mirada que ofrece de estos personajes. El repaso por sus artistas contemporáneos favoritos y su faceta de coleccionista. Amé su capítulo dedicado al porno outsider y a sus libros favoritos. Me ha quedado una lista de películas que ver y libros que leer. Pero lo que más me encanta es su sarcasmo, acidez, humor y su homosexualidad a todo lo que da tras cada hoja.

Pd: Yo también creo que esos hombres que se atreven a decirle a las mujeres qué hacer con sus cuerpos son repugnantes. Sí, esos mismos repugnantemente homofóbicos. Los odio.

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