Fotografía by Waldir Ruiz/ Córdoba, Argentina/ 2015
El sábado a la 1:00 am salí corriendo de mi casa a
verme con Paulo. Estos últimos días han sido días de redescubrir mi amor por la
cerveza, así que, llegué a donde él con un par de vasos ya adentro. Estaba un
poco contento de verlo, después de unos
días dramáticos sin verlo…Mi amiga
Joanna siempre decía que soy demasiado apasionado e impulsivo; pero en este
momento, si me viera, dijera que me he desbordado. Creo que la condición de extranjero, quizá mis 27 u otras causas aún
desconocidas estén haciendo que yo viva todo absolutamente más intenso de lo
normal en mí. Entonces, después de perderme un poco en la calle Ituzaingó
finalmente llegué donde él. {Nos abrazamos y nos dimos un beso suavecito y
pequeño}. Nos tomamos una cerveza negra mientras hablábamos de lo que habían
sido los últimos días para cada uno…Salimos en búsqueda de un bar y terminamos en un boliche donde nos
cobraron demasiado por dos litros de cerveza y escuchar reguetón y kumbia. Ahí
seguimos hablando y hablando a pesar del ruido… Una vez fuera de ahí quisimos
entrar a otro sitio pero ya eran las 4:00 am, entonces, nos sentamos en una
vereda y, mientras Paulo se fumaba un cigarro, empezó un tema que yo no había pensado
antes y que su frase “Tengo miedo de tus expectativas
sobre mí. Siento que no puedo lograrlas…” abría un agujero negro
gravitatorio de preguntas y preguntas… y más preguntas en mi cabeza. Entonces, Paulo, con su acento azucarado de
idioma extranjero empezó una disertación sobre las expectativas y las
experiencias, donde las primeras, en su español básico, corresponden al amor y,
las segundas, al sexo. Y ahí descubrí la vulnerabilidad y dificultad de poner
el cuerpo, de estar poniendo sistemáticamente el cuerpo sin poner algo más… sin que signifique algo más. Pero Paulo cree
que, por nuestro bien, debemos cambiar las expectativas por experiencias…
No hay comentarios:
Publicar un comentario