“Yo no soy pintor que pinta en cuadros-cuadrados y blancos… y con óleo. No estoy limitado a eso. Siento el llamado de pintar, desde una estación de bomberos, pasando por un cementerio, hasta un cartel para un negocio pequeño. Pintar para toda la gente y con todo. Sin subestimar nada ni a nadie.”
Una de las cosas más familiares con las que me
encontré cuando llegué a Córdoba, Argentina, es que a cada cierta cuadra, a cada
cuántos pasos asaltaba a mi vista un
mural, una pinta, un esprayazo. Y digo familiares porque en Nicaragua tenemos más de alguno en cada
pueblo y ni se diga de nuestra Ciudad de los
Murales. Latinoamérica
es casi sinónimo de murales entre muchas otras cosas.
He tenido
el enorme privilegio y oportunidad de compartir con Ángelo Barreto, un artista
de 25 años originario de la Pampa, Argentina. Muralista, pintor y viajero son
sólo algunas palabras que describen a Ángelo. Conversé con él un día en la azotea donde vivo y de ahí nace esta
entrevista que les comparto.
La primera vez que pintaste…
Recuerdo que en el pasillo del patio a la cocina de
mi casa había una pared blanca. No sé qué edad tendría, quizá 3 o 4 años; pero
conservo una foto mía donde estoy yo con cara de enojado pintando de blanco un
gran círculo amarillo que había dibujado ahí. Había pintado un sol enorme en la
pared.
¿Cómo
descubrís tu fascinación por la pintura o el arte mural en particular?
Creo que no hay un momento en específico en que te
des cuenta tal cual. Eso nace con uno como un instinto. Empezás a hacerlo sin
pensarlo. Va fluyendo. Vas pintando, vas mejorando, probando, experimentando,
conociendo y así…
El
primer mural…
Lo hice en la pared de una Pensión aquí en Córdoba
hace algunos años cuando empecé a estudiar Arte en la Universidad. Recuerdo que
negocié con el dueño del lugar y lo hice a cambio de un asado. Fue muy
divertido.
¿De
qué tratan tus murales?
Si existe un tema, ese tema sería el color y la
composición. Intento transmitir paz y diversión. Pero estoy muy enfocado en el
color y la composición.
Los
personajes son recurrentes…
Algunos sí. No hay conflicto entre los personajes.
No son personajes comunes. Por ahí podés identificar una mano, una copa de
vino, un pájaro; pero no están en situaciones reales. Tal vez te remitan a
situaciones oníricas… un tanto surrealistas si podríamos llamarle de alguna
manera.
¿Una
inspiración?
Me siento sumamente atraído por los espacios en
blanco. La pared blanca en sí misma me seduce y me pide ser tomada. Mis
motivaciones son más que todo estéticas. La idea de poder transformar un
espacio.
¿Tienen
contenido social tus murales?
Creo que el solo hecho de pintar una pared en la
calle ya es algo social. Ya pintaste. Ya
hiciste algo. El simple hecho de que vengan personas quizá “tensas” en la calle
y vean el mural y se desconecten, sean estimuladas y se distraigan ya lograste
algo. Y la idea del arte es esa: hacer sentir algo. Ese es mi contenido. Y
sumamente estético además.
Sé
que sos viajero… ¿En qué ciudades has pintado murales?
En México, en Guadalajara, San Cristóbal de las Casas. En Costa Rica. En
Guatemala en San Pedro. En Ecuador. Aunque recorrí todo Latinoamérica en
bicicleta, no pinté en todos los países. Estuve en tu Nicaragua… 10 días en
Ometepe. Conocí Managua, León, Granada. Fue muy poco tiempo, pero bueno.
Viajar te cambia la vida, como pintor lo he sentido
aun más pues sos vos solo en lugares desconocidos, sin la presión y el miedo de
mostrarte tal como sos. Sin ese estigma de que te conozcan o te identifiquen.
¿Te
gusta el anonimato del mural?
Puede ser que sí, che. No sé. Creo que sí. Creo que cae bien. Así la gente en general no
está tan interesada en el muralista como en el mural.
¿Un
pintor?
Miró.
¿Latinoamérica?
Mi casa.
¿Tu
arte?
Agradable.
¿Una
reacción?
Alegría.
*Fotografías por
Flor Velásquez
Con muchas de las respuestas me identifico, sobre todo con la de viajar y de la razón social del arte. Ciudad de murales, siiiii, Esteli y mis tiempos de la u...
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