Regularmente escucho opiniones sobre lo que debo o no debo de leer. Sobre la música que me conviene o no escuchar; y, aunque yo termino haciendo lo que me parece conveniente, no dejan de causarme asombro las ácidas críticas y argumentos que recibo para que abandone la lectura de un libro, de un autor o deje de escuchar a determinado grupo musical.
Alguien por ahí me dijo directamente que no concebía que una persona (como yo) que ha estudiado y leído literatura clásica en su carrera, pierda el tiempo leyendo a Stephenie Meyer. Recuerdo que yo leía el último libro de la saga de vampiros de esta escritora estadounidense titulado “Amanecer”. Bajo la influencia de tal opinión, decidí dejar de leerlo; pues con haber leído los tres primeros lo consideré suficiente.
Entre los círculos literarios e intelectuales en general hay cierta satanización a los productos masivos o comerciales. Se tiene una idea errónea que todo Best seller carece de valor artístico por el simple hecho de tener éxito comercial, de igual manera en la música. Antes de continuar, hay que estar claros de que existen relativamente buenos, mediocres y pésimos libros.
Yo dejé de sentirme culpable por leer a Stephenie Meyer hasta que el profesor Freddy Quezada nos impartió la asignatura de comunicación y globalización con estupendas cátedras sobre las escuelas de la comunicación y sobre culturas híbridas, entre otras. El asunto está en que hoy en día no existe una marcada diferenciación entre alta cultura y cultura de masas, pues los medios de comunicación se han encargado de romper con ello.
La edición de un día de un rotativo sea nacional o internacional, en línea o impreso, llámese EL NUEVO DIARIO o The New York Times, puede llegar a tener información valiosa sobre tantos temas como nos sean posible imaginar y llevar a todo el mundo que sepa leer aquellas obras e historias que sólo la “alta cultura” podía acceder.
Es decir, estamos en la época en que son concebibles todas las combinaciones imaginadas. Las barreras de clases culturales han sido abolidas por los medios de comunicación. En este sentido, alguien puede ser católico y estar a favor del aborto. En los libros de Dan Brown, considerado subliteratura por muchos críticos, hay tantas referencias culturales que decir que no sirve constituiría también una herejía como decir que el Quijote o la Ilíada no sirven para nada.
Un claro ejemplo que me encontré de cómo la “alta cultura” llega a las grandes masas, se esté consciente o no de ello, es el de la música de la joven cantante mexicana Belinda. Ella incorpora constantemente grandes obras de arte, ya sea de la literatura o de la pintura. Se inspira en estas obras dando paso a un producto que sobrepasa lo híbrido.
Fijémonos en su nuevo álbum de estudio, específicamente, en su tercer sencillo titulado Dopamina. A parte de que la lírica de la canción haría retorcer de envidia en su tumba al mismo André Bretón (jeje…broma, tampoco así), el video del single está inspirado en nada más y nada menos que en artistas surrealistas como René Magritte, Remedios Varo, el cineasta Luis Buñuel y el antes mencionado Bretón.
En la letra de la canción hasta se escucha mencionar a La Dama de las Camelias del escritor francés Alejandro Dumas. No me cabe duda que las producciones masivas que tanto exasperan a los que quedan de “personajes de alta cultura” se vuelven cada vez más a su “nivel”. ¿Qué más da si disfruto leyendo a Stephenie Meyer y a Emily Brontë de la misma manera? ¿O si comemos nacatamal y lo acompañamos bebiendo Coca-cola? Todo es concebible hoy por hoy.
Muy acertada tu publicación. A mi me paso lo mismo con Paulo Coelho, pero a diferencia tuya yo lo seguí leyendo hasta que me harte por mi mismo de el, volveria a leer algunos libros, pero ya perdi el interés en el ultimo libro que publico "Las Valkirias".
ResponderEliminarMuchas personas me han recomendado la saga crepusculo por lo facil de leer y toddo eso, creo que como tu dices, que mas da, lo importante es invertir bien tu tiempo, tener la capacidad de critica y ser culto...., de ahi que eso lo consigas escuchando a Marilyn Manson no importa...