Todo
lo que traigás con vos a la calle debés estar dispuesto a entregarlo. Todo.
Todo lo que es visible y tangible puede ser tomado, arrebatado, robado. Todo lo
que traigás puede ser compartido. Todo. Si, todo, una palabra que dice mucho y
nada.
Alguien como yo empieza cualquier camino con
incertidumbre, pero con ganas de iniciarlo. Con fragilidad pero nunca con
cobardía. Y, sobretodo, con mucha libertad y disposición. Con la flexibilidad
del agua.
Tal vez sea muy pronto para concluir, pero nunca
para reflexionar. Estoy siendo parte de un espejismo o de una imagen de
libertad visionada, alguna vez, por
algún caleidoscopio de mi niñez. Solo alguna vez.
Después de tres aviones, mucho frío, muchas cenas,
muchos buses, mucha perra y mucho puto
estoy entre la Vidt y la Av. Santa Fe despidiéndome de Buenos Aires
representado y vuelto sinécdoque en Santi. En un abrazo caliente y oloroso de
Santi. En su beso. Muchos besos.
Entonces, empezando y antes de empezar, se me regala esta nueva imagen
caleidoscópica como un preludio de lo que empiezo a vivir desde ahora en este
lugar…
Sabes amigo lo maravilloso de ser libre es que en realidad inicias a vivir....
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