Camino y a cada paso me preocupo, despreocupo y me vuelvo a preocupar. Ansioso. Ansiosísimo. Bajo de un bus, subo otro bus. Veo hacia los lados, de izquierda a derecha, a veces hacia atrás, nunca hacia el cielo y siempre al suelo. Estoy ahí en la parada, el tiempo transcurre despacio en mi mente y pienso: ¿Podrías hacer lo mismo por mí? ¿Lo harías?
No
te estoy esperando. Te vislumbro tras la ventanilla del bus. El bus va rápido.
Te pierdo de vista. Te pierdo. Te fuiste. Me quedo… Una parada después. Te
salís corriendo del bus. El semáforo está en verde. Corrés. Te veo venir
apresurado. Volviste. Estás aquí sonriéndome. Estás por mí…
No sos capaz de
hacerlo por mí. No lo hiciste. Me perdí.
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