viernes, 29 de marzo de 2013

Otros cuerpos: la primera vez [Parte 2: El sexo y yo]


Fotografía tomada de la página de FB del artista Abel Azcona
 Ya con 18 años pensé que luego de haber iniciado mi autoexploración infinita de placer podía intentar conocer y reconocerme en otros cuerpos. Pero esto sólo lo pensé, pues tampoco concebí un plan para conocer a alguien y coitar.  Las cosas fueron fluyendo solas…

No sé en qué momento se apoderó de mí la idea de que lo relacionado al coito y la masturbación  eran algo “sucio”, “vergonzoso” o “algo malo”. Tal vez porque yo crecí queriendo ser “moralmente perfecto” y esto que me pasaba “no estaba bien”, “algo en mí estaba mal”. Además,  yo era súper hipocondríaco y pensaba en toda esa información sobre ITS y Vih, también era un nene, no me motivaba nadie y estaba muy entretenido conmigo mismo. Cabe destacar que es cierto que los hombres tenemos “permiso social” para coitar a temprana edad; pero ojo, la panorámica puede cambiar si sos hombre y te gustan los hombres… ¿no? A como sea, pero el caso es que mientras muchos de mis amigos heterosexuales habían iniciado a ser sexualmente activos a los 14 o 15, yo aún iba “lento”.

 Mi vida cotidiana seguía su curso, ya habían aparecido varios amigos que me gustaban, pero todos los que me gustaban se definían heterosexuales, así que ¡pppfff!  Y es que mi rollo ha sido un poco iconoclasta y desubicado. Mi vista iba dirigida siempre a “hombres heterosexuales”. Un karma hasta hoy, pero no he tenido mala suerte con eso de que la heteroflexibilidad existe (jaja… xD). 

En este punto de la historia no tiene caso que diga con cuánta gente he follado. A los 23 años que tengo he tenido dos romances que valen ser mencionados. La primera vez que lo hice fue cuando me enamoré, aparte de descubrir placer siendo tocado y tocando otro cuerpo, descubrí ese sentimiento que no necesita ser definido.

Recuerdo que él estaba de vacaciones. Para aquella época él estaba haciendo el BI en el colegio Alemán y yo estaba en tercer año de comunicación. Nunca antes me había gustado alguien tanto, en él confluían muchos elementos que me motivaban y emocionaban. Estaba atraído sexo-afectivamente por él. El caso es que estábamos los dos en su cuarto. Estábamos solos en su casa. Lo habíamos venido intentando como hacía dos meses, pero esta vez sí, a como dicen los Coelhianos, el universo conspiró para que pasara… 

O como diría yo, no hay nada más fuerte que las ganas. Y fueron besos, muchos, muchos besos los que le antecedieron. Su olor… su olor era algo que me gustaba en sobre manera, la redondez de sus labios, sus manos, el color de su piel. Y estábamos ya desnudos sin una pizca de pudor. Entonces estaba yo boca abajo, estaba besándome la espalda, mordiéndome un poco y decía palabras dulces y soeces a mi oído y yo estaba súper estimulado. Alternaba yo y le besaba. Y le saboreé todo, llevé su pene a mi boca y no me gustó. Me dieron arcadas, sentí asco, pero seguí haciéndolo como por dos minutos y ya no pude seguir. No se lo dije. Luego él me besó y mordió mis nalgas, usó sus dedos, su legua y cuando intentó penetrarme sentí dolor, ahora sí, como diría Gioconda Belli o Isabel Allende, fue dolor de lugares prohibidos y nos detuvimos…   Y pensé en no seguir más, pero añadió gel lubricante al condón. Este entró con menor dificultad, primero parcialmente, suave, pero mi dolor seguía, luego todo y el dolor siguió. Fue muy incómodo…

 Experimenté melancolía porque tal vez había perdido el lugar simbólico que un hombre ocupa dentro de este sistema patriarcal y machista. Pasaron como 90 días para que coitáramos nuevamente. Los besos y la diversidad de caricias suplían mucho, pero yo sentía miedo. Era deseo y miedo. No quería sentir dolor en absoluto. Muy en el fondo creo que esa melancolía y ese miedo era producto de que todo ese conjunto de valores y rutilantes arquetipos morales inculcados por mi familia estaban sucumbiendo. Aquí emprendí el camino a la deconstrucción de esos códigos del sistema basura que operaban sobre mí. Y, aunque ese amor romántico resultó ser un fraude, una burda payasada, descubrí  mi capacidad de amar sexo-afectivamente a seres humanos y muchos de ellos, han sido hombres. No necesito explicarme más, deben de sentirlo para conocerlo. Y el otro romance, los otros cuerpos y las otras aventuras quedan para la tercera entrega (jajaja xD)

3 comentarios:

  1. Nada más nos dejas picados :P Y no literalmente.

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    1. jejeje..... bueno, bueno, bueno... pues cómo? esto así funciona... no? :D :P

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  2. Te felicito. El hecho de que logres picar a alguien como Daniel Cortes ya es bastante bueno jajajajajajaj. Pues te felicito por tu valor, tu forma de luchar por la desconstrucción y gozar de tu libertad.
    Ummmm y este maje del cole alemán ressulto ser el primero en todo que barbaridad jajajajajajajaj

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