Reimaginando(me)

Esta semana junto a la ventana del bus he pasado pensando en quienes me han gustado. A quienes he besado y con quienes he cogido. De quienes me he enamorado y a quienes he repudiado. Sospecho que son horas o años los que uno debe pasar estudiándose para comprenderse. Esta semana que pasó también llegó a mí un vídeo de Clementine que me ayudó a consolidar un poco mis pensamientos y encontrar las palabras para responder cuestionamientos de personas a quienes si bien no les importa lo que hago, sí les da curiosidad saber en qué rollos ando…

El asunto es que sí, siempre me he sentido hombre… y las veces que no me he sentido hombre ha sido cuando “hombre” significa una construcción estrictamente arquetípica, estereotipada y puramente cultural. Sin embargo, de ahí mi necesidad y ganas de visibilizar las masculinidades, lo diferentes que somos. ¿Por qué habría de renunciar a mi masculinidad por el simple hecho de que me guste alguien de mi mismo sexo, y que lo prefiera barbudo y masculino? ¿Y qué hay si deseo ser o he sido penetrado? ¿Y…?

Soy hombre y no deseo participar de la violencia, tengo sentimientos, amo a mis amigos, se los expreso. Respeto y valoro el trabajo de las mujeres. Me enamoro de seres humanos, muchos de ellos han sido hombres. Soy hombre sí, no tengo que renunciar a ello. No tendrían por qué esperar mi transformación, como si después de decir que estoy enamorado de un hombre barbudo y “masculino” yo tuviera que transformarme en otra cosa. Soy hombre y repudio la violencia, el abuso sexual, la humillación y discriminación hacia los seres humanos… Soy hombre y repudio el acoso callejero: el famoso “piropo”, y sí me ha gustado una que otra mujer que he visto en la calle, pero no tengo que cosificarlas…

Aquí les dejo el vídeo de Clementine, una vez más… gracias Andrea.