Una de mis películas favoritas de todos los
tiempos ha sido Rosemary´s baby de Roman Polański
. Sí, he de admitirlo, el género de terror de esas películas de los ´60 me
gusta mucho. Divertidos “efectos especiales”, fascinantes vestuarios,
estupendos guiones y unas historias al hilo de los más inverosímiles miedos de
nuestra psique.
Eso me
gusta, porque además develan el orden en que se concebía la sociedad y los
imaginarios colectivos que estas grandes producciones cinematográficas
proponían. Rosemary´s Baby nos cuenta algo muy escabroso y particular que
debemos analizar.
En mi
apreciación del filme tengo que decir que
Rosemary (Mia Farrow) y Guy (John Cassavetes) son el típico matrimonio
sesentero de los Estados Unidos. Tradicionales y muy apegados a sus roles de
género. Se puede apreciar esa dinámica en que la mujer permanece en espacios
cerrados como la casa, la cocina o la lavandería y el marido anda afuera. No
está mucho en casa, salvo para comer, entre otras actividades.
Hay una escena en la
que quiero centrar toda mi atención y la que a su vez representa el meollo
del argumento: Rosemary es violada por su marido en una noche en que ella se
emborracha con vino.A la mañana siguiente Rosemary muestra su
disgusto, pues en su estado de inconsciencia ella también tuvo unas pesadillas
raras que en la película se explicita o se vincula a un suceso demoníaco. Es
claro que el personaje asimiló o corporalizó el hecho como un abuso sexual.
He aquí mi planteamiento conclusivo: ¿A caso Polański nos
está diciendo que el sexo sin consentimiento es abuso sexual? ¿Es la asociación
“demoníaca” del abuso sexual una herramienta para transmitir el horror y el
repudio ante el abuso? Yo estoy convencido que sí, aunque toda la fantasmagoría
del filme nos distraiga, hay un mensaje claro: Una persona borracha no está consciente. Y el sexo sin consentimiento
es abuso sexual. ¡Desde siempre!
*Fotogramas de la Película
Rosemary´s Baby (1968)
de Roman Polanski
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